Las Tunas, 5 nov (ACN) A Cándido Díaz Fuentes le cambió la mirada en menos de un segundo; pasó de la incertidumbre y la preocupación al alivio de escuchar la voz de su madre al otro lado del teléfono, pues los azares del destino los separaron en medio del proceso de evacuación por las inundaciones recientes, como parte de los miles de pobladores del municipio de Río Cauto que encuentran protección en centros educativos de Las Tunas.
En Guamo unos pocos lo conocen como Cándido, por aquellos lares le identifican por Lázaro, debido a su fecha de nacimiento, el 17 de diciembre; asimismo, lo relacionan con la ganadería; justo en esas labores fue sorprendido cuando subió el nivel del agua, distante de sus pertenencias y sin contacto con su madre.
Mi casa estaba llena de agua hasta el pecho cuando pasé a recoger algunas cosas para venir, si mi mamá no se llevó algunas ropas para otro lugar; me quedé solo con las prendas de trabajo, comentó con similar vacío en su voz, una tristeza dueña de cada una de las palabras.
Quiso la vida, aunque de una manera melancólica, regresarlo al Balcón del Oriente para brindarle la oportunidad del cobijo familiar en el hogar de su hija y, por si fuera insuficiente, también conoció al primer bisnieto, en una muestra de que la felicidad brota hasta en los tiempos más convulsos, pese al dolor imperante.
Soy nativo de aquí de Las Tunas, en un lugar que se llama Villanueva, donde viví hasta los diez años, y de ahí me trasladé para Guamo, con mi mamá que se divorció de mi papá; después volví para pasar el servicio militar, me casé por acá y estuve otros diez años más, una etapa en que tuve a mi hija, detalló Cándido, quien confesó sentirse tentado a quedarse de forma definitiva.
Después de la tormenta ha llegado la calma para Díaz Fuentes con la compañía de sus seres queridos que le ofrecen una bocanada de fe para emprender nuevos retos, apenas las cuencas retomen el caudal habitual.
A la hora de volver será duro, la tarea que nos espera es bastante fuerte, hay mucho por hacer, no solo en mi casa, sino en otros sitios, porque tengo varios parientes en la misma situación y donde pueda ayudar allí estaré para salir adelante lo mejor posible, sentenció con la firmeza de convertir en acciones esas frases, porque así entiende el día a día, con un margen mínimo a los lamentos y la mente presta a superar cada obstáculo.
Cándido, en Las Tunas, o Lázaro, para los vecinos en territorio granmense, representa la resiliencia de un pueblo que, aún sin sanar las heridas, alista el espíritu para comenzar desde cero.