La begonia negra: tesoro tropical en un edificio de Nueva Gerona

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ACN - Cuba
Ana Esther Zulueta I Foto de la autora
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23 Marzo 2025

Nueva Gerona, 23 mar (ACN) En un quinto piso del reparto Abel Santamaría de esta ciudad en Isla de la Juventud crece un ejemplar de la begonia negra, Chrysothemis pulchella. 

   Este rincón cubano se convierte en testigo de la capacidad de adaptación de esta planta tropical, que aporta un toque de exotismo al entorno hogareño.

   Según la literatura consultada, la Chrysothemis pulchella pertenece a la familia Gesneriaceae, un grupo de plantas mayoritariamente tropicales que incluye más de tres mil especies conocidas por su atractivo ornamental. 
   Originaria de América Central y del norte de América del Sur, la begonia negra atrae la atención de botánicos y aficionados, debido a su belleza y sencillez en los cuidados.

   El color verde oscuro a púrpura de sus hojas con textura aterciopelada, capaz de captar la luz de manera hipnotizante, es el elemento más atractivo de quien las observa por primera vez. 

   Además, produce flores tubulares de color naranja brillante y amarillo intenso, un contraste impactante que añade espectacularidad a su apariencia. 

   La planta suele mantenerse en tamaños compactos, lo que la convierte en una elección perfecta para quienes cuentan con espacios limitados, como patios o balcones.
   Esta especie prefiere para su desarrollo vegetativo ambientes cálidos y húmedos, similares a los de su hábitat natural, por eso es importante colocarla en un lugar con luz indirecta o semisombra, ya que la exposición directa al sol podría dañar sus hojas. 
   El riego debe ser moderado, a fin de mantener el sustrato húmedo, pero nunca encharcado. Un buen drenaje es fundamental para prevenir problemas como la descomposición de las raíces.

   Aunque su origen se encuentra en los trópicos americanos, la begonia negra se cultiva ampliamente en diversas partes del mundo con fines ornamentales. 

   Su capacidad de adaptarse a diferentes climas tropicales y subtropicales hace posible la presencia de esta especie en hogares, invernaderos, jardines y patios, incluso en lugares donde su entorno natural sería inimaginable.

   Que una begonia negra prospere en el balcón trasero de un quinto piso en Nueva Gerona no es solo una muestra de su resistencia y adaptabilidad, sino también un recordatorio de cómo la naturaleza tiene el poder de embellecer cualquier espacio, sin importar cuán urbano o limitado pueda ser.

   Desde ese rincón elevado, esta planta tropical parece contar una historia de conexión entre los seres humanos y la naturaleza, entre la cuidadosa atención de sus propietarios y la exuberancia del crecimiento del ejemplar. Sin duda, una muestra más de cómo la vida encuentra formas de florecer, incluso en entornos inesperados.
   Esta joya deviene en testimonio viviente de la creatividad y el ingenio de la naturaleza, llevada a nuevos horizontes por el cuidado humano. Allí, en el corazón del reparto Abel Santamaría, ella encanta con su elegancia y colorido, al tiempo que recuerda a los humanos que incluso las cosas pequeñas pueden albergar grandes maravillas.