Apuesto por comenzar la entrevista como él la terminó, porque la fuerza de las palabras finales pueden ser incitación para la lectura de estas líneas.
“Si entre todas las enseñanzas de José Martí tuviera que elegir una, abrazaría sin vacilación el precepto de que ‘no son inútiles la verdad y la ternura’, pues constituyen la forma más limpia de conducirse por la vida y nos ayudarán a sobreponernos a las dificultades que afrontamos como país, como barrio y como seres humanos”.
Al seleccionar, el joven intelectual avileño Neilán Vera Rodríguez revela, inevitablemente, la profunda manera en que permearon su espíritu las obras y el pensamiento del reconocido como El Más Universal de los Cubanos, descubierto por él, en un inicio, mediante las lecturas en la enseñanza primaria y la curiosidad por hurgar en los Cuadernos Martianos conservados en casa.
En el imaginario de aquel infante, Martí era apenas un hombre que había escrito para los niños; luego, ensanchó su visión con las formaciones propias de las clases de Historia de Cuba en otros niveles educativos, sin embargo, fue durante la escalada hacia su formación profesional cuando comprendió la verdadera dimensión del pensamiento y el ideario martianos.
Considera que hay una interpretación limitada del catalogado como Héroe Nacional y los elementos que se comparten sobre la vida y obra de ese hombre no siguen el ritmo del crecimiento personal y humano.
Existe una visión esquemática debido a que se le reconoce y analiza, fundamentalmente, como escritor y poeta, tanto en la enseñanza general como en los medios de prensa, de manera que no se favorece un cambio de perspectiva para entender la magnitud de Martí y su desempeño en diferentes escenarios.
Incluso ―comenta― hubo momentos en que otras figuras de la Historia suscitaron mayor interés en él, porque las “retrataban” de forma más dinámica, como los personajes de las aventuras.
Mucho agradece la cercanía a la obra martiana que le facilitó la estancia de cinco años en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, donde cursó la licenciatura en Periodismo y los debates con sus colegas y las enseñanzas de excelentes profesores lo condujeron a un Martí hasta ese momento desconocido.
Al comenzar a beber de la savia del Apóstol encontró un referente de valores éticos, morales, culturales e ideológicos, conoció novedosos aspectos sobre su vida y se deshizo de la imagen moldeada, logrando sobrepasar la visión del intelectual.
De manera que esa visión anterior se “derrumbó” y percibió entonces un Martí distinto, que en 42 años hizo, cualitativa y cuantitativamente mucho más de lo que cualquiera de nosotros pudiera en tan corto periodo.
Logró reconocer a una persona con muchas inconformidades y mirada crítica a los problemas de su época; al ser humano aquejado por múltiples dificultades y con la extraordinaria capacidad de sobreponerse a todas.
Entre esos desafíos del líder independentista se contemplaron sus problemas de salud y las secuelas de una adolescencia y juventud con momentos extremadamente difíciles que logró vencer.
Esa increíble capacidad de no dejarse aplastar por las circunstancias, los enemigos políticos y los problemas cotidianos, fueron inspiración para que sus sucesores superaran cualquier problema, por duro que resultara y en los más diversos entornos.
“¿Si él pudo, entonces por qué nosotros no?, es una pregunta que debemos hacernos, sobre todo en los difíciles momentos que atraviesa el país”, sugiere.
Martí ―valora― es una de las figuras que se puede admirar a lo largo de toda su existencia, sin posibilidad de encontrar fallas éticas porque en él la palabra, el pensamiento y la acción iban siempre de la mano. Justamente por eso debe asumirse como paradigma.
Leerlo e interesarse por descubrir su vida significa adentrarse en un camino interminable y volver a ser el estudiante ávido de nuevas lecciones porque, en la medida que se avanza, se vislumbran otras lecciones por aprender, además de sentirse la necesidad de hacerlo para calmar el alma y cultivar la esperanza en circunstancias adversas.
En la actualidad, Neilán, con apenas 25 años, es uno de los vicepresidentes de la Filial Provincial de la Sociedad Cultural José Martí en Ciego de Ávila, responsabilidad que asume con el compromiso de continuar en el aprendizaje y la difusión de la obra del Apóstol.
Como parte de su trayectoria, este joven, además, se desempeñó como vicepresidente del Consejo Provincial del Movimiento Juvenil Martiano en la provincia.
Desde la corresponsalía de la Agencia Cubana de Noticias y el Periódico Invasor, también promovió la obra martiana con disímiles trabajos periodísticos que adentraron a los lectores en el conocimiento de las facetas menos abordadas del Héroe Nacional cubano.
Su labor a favor de la creación de espacios debate se refleja en el Club Los Pinos Nuevos y el Proyecto Red Centenario, este último devenido en tributo a la Generación del Centenario y compromiso de los jóvenes, que en el año 2026 conmemorarán los 100 años del natalicio del Líder Histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
La Sociedad… en el territorio avileño también posee diferentes plataformas que fomentan el diálogo sobre Martí y otros patriotas de la Historia de Cuba, como las peñas Un grano de maíz y A la Zurda, el espacio radial Alas de colibrí y el blog de la Red Centenario, a los cuales se integran jóvenes de la provincia y el país.
Cuando la Patria lo requiera esas fuerzas martianas estarán unidas para hacer el bien y la defensa de los preceptos revolucionarios en las diferentes trincheras de lucha.
Neilán habla con elocuencia de amenazas externas e internas que exigen recurrir siempre a Martí para enfrentarlas. Siempre será útil, aun cuando los tiempos sean diferentes, porque desde la Guerra del 95 hasta hoy ha sido referente de moral, ética y resistencia.
En cada época ―afirma― ha estado presente su pensamiento radical y antimperialista y, justamente parte de esos momentos difíciles que vivió, le ayudaron a comprender y predecir, con absoluta claridad, algunos sucesos que agobian a la humanidad como consecuencia de las ambiciones capitalistas y, en particular, del gobierno estadounidense con sus intereses expansionistas.
Toca aprender a Martí en cuanto a la capacidad de escuchar, unir voluntades, dialogar, convencer y plantear tareas e intereses comunes, librar batallas en conjunto e integrar a todos los cubanos para beneficio de la Patria.
De la vida y obra del Apóstol es fundamental sacar las conclusiones de hacer a un lado las divisiones, los odios inservibles, sumar, tender puentes y extender brazos para todos los que quieran construir un futuro próspero y sostenible para Cuba.