Vistazo a la Cuba del futuro, desde una exposición

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María Elena Álvarez Ponce| Foto de la Autora
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04 Junio 2016

Exposición Nacional de Círculos de Interés dirá adiós este domingo

La Exposición Nacional de Círculos de Interés dirá adiós este domingo, cumplido con creces el objetivo de convertirse en una gran fiesta del conocimiento, las vocaciones y el talento.

Desde su inauguración el primero de junio, Día Internacional de la Infancia, miles de cubanos de todas las edades han cruzado esa puerta abierta a los sueños que es el Palacio Central de Pioneros Ernesto Guevara, para adentrarse en el mundo de las profesiones y los oficios, de la mano de los expositores: 567 alumnos de primaria, secundaria y la educación especial, llegados de toda la nación.

Bien podría decirse que es un Todos Estrellas lo que ha reunido esta muestra del quehacer de formación vocacional, orientación profesional y forja temprana de valores, dedicada con infinito amor al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en su cumpleaños 90.

El miércoles último, al dar la voz de arrancada, Margarita McPherson, viceministra de Educación, felicitó a ese medio millar de niños y adolescentes por su insaciable sed de conocimientos, el empeño en prepararse y el afán de superarse para ser cada vez mejores y más útiles, y los exhortó a compartir saberes y ayudar a multiplicarlos, a esparcir el “bichito”, jornada tras jornada.

¡Vaya si lo han hecho! De stand en stand -y de asombro en asombro- las horas pasan sin que el visitante se dé cuenta. Verlos en acción alegra el alma y alimenta las ganas; conversar con ellos es una delicia.

Vale la pena escucharlos hablar con tanta propiedad y soltura, incluso sobre asuntos que muchos creerían les deben resultar ajenos, o demasiado complejos, en razón de sus pocos años. Y  conste que no son un puñado de “abelarditos”. No hay sombra de pedantería en sus palabras ni repiten cual papagayos una lección aprendida de memoria.

Vi empinarse, a fuerza de pasión, al pionero Jeison Oliva, mientras me hablaba de su amor por los animales y de cuánto ha aprendido en los círculos de interés de la rama pecuaria a los que se ha vinculado, primero en sexto, luego en séptimo y ahora en el octavo grado, que cursa en la Secundaria Básica Juan Gualberto Gómez, en el municipio habanero del Cotorro.

“¡Ya sé lo que quiero ser en la vida!”, asegura, y no me resulta difícil imaginarlo convertido en médico veterinario, igual que no tengo dudas de que oiremos hablar -mucho y muy bien- de una profesora de Historia nombrada Alena Cazañas, por ahora alumna de sexto en el centro mixto Ángel del Castillo y única delegada por el municipio avileño de Majagua a la Asamblea Nacional Pioneril, convocada para julio venidero.

Hay que ver cuánto sabe y con qué orgullo se refiere al pasado glorioso del pueblito donde vive; oírle contar historias de mambises y afirmar que todo eso le dice quién es y la hace sentir fuerte, plena, segura y feliz.

Pero, no se trata únicamente de ellos. Son cientos y cientos de Alenas y Jeison  los que el público puede encontrar, si recorre  las áreas vocacionales del “Ernesto Guevara” y visita cualquiera de los 180 círculos de interés de 135 especialidades de la producción y los servicios, presentes en la Exposición.

De todo saben y disertan: ciencia y tecnología, inversiones, artes, industria, ahorro, economía, cuidado del medio ambiente, fuentes renovables de energía, agricultura, sustitución de importaciones, historia, pedagogía…

Al público enseñan lo que han aprendido a hacer, inspirados en la martiana certeza -“santo y seña” de esta muestra interactiva- de que “el hombre crece con el trabajo que sale de sus manos”.

Con los ojos encandilados ante tanta maravilla de la Naturaleza y el ingenio humano, crecer es algo que juntos hemos hecho en estos días, sobre todo esos pioneros, y no precisamente por fuera, sino por dentro, que jugar a ser grandes ayuda a empinarse.

Cual cinematógrafo, en el Palacio Central se ha exhibido esta semana la película de la Cuba de las próximas décadas, de su pueblo: obreros, campesinos, técnicos, profesionales, combatientes, intelectuales, artistas. Y, lo visto, reconforta.

Valgan espacios socializadores del conocimiento como este, donde aprender es una fiesta y el saber se disfruta tanto como la música, el baile, el deporte o las golosinas, para multiplicar nuestras ganas de hacer por quienes son esperanza y futuro.