Octubre es mes de reconocimiento para la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y para quienes están sumados a sus filas.
Estas son jornadas en las que la organización celebra su aniversario y constituye momento propicio de revisar lo que crean quienes deciden apostar por ir más allá de las dificultades.
Osvaldo Cepero Leyva es uno de los avileños que mereció en este año el premio de mayor impacto económico de este gremio.
Cuando me dieron la noticia me sorprendí muchísimo, comenta, pero me alegré de que el trabajo que realizamos como parte de una tesis de grado haya tenido estos resultados.
Cepero Leyva labora como Especialista de Calidad en la Empresa de Servicios Especializados de Protección S.A (SEPSA) del municipio cabecera del central territorio y se ha mantenido activo en todo lo relacionado con la investigación.
Asegura que todo el proceso tuvo su punto de partida en una necesidad: reparar las máquinas para contar dinero, una de cuyas piezas principales exhibía gran deterioro, al contar con más de ocho años de explotación.
De procedencia japonesa, estos equipos están valorados entre mil y mil 200 dólares, y forman parte del complejo entramado del mercado, pues los fabricantes no venden kits para reponer alguna de sus partes cuando producto del tiempo de uso se desgasten.
Para concretar la idea inicial, esta se llevó a la facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, en la modalidad de curso por encuentro, explica Osvaldo, quien fue profesor allí durante seis años.
Un estudiante, Sergio Quintero Benítez, ya graduado el curso pasado, asumió la fabricación de la pieza como su proyecto de tesis y trabajamos en conjunto con todos los docentes, puntualiza el agasajado.
Determinamos que la aleación de aluminio forja era el material idóneo y, a través del reciclaje de los pistones en desuso de los motores que emplean los camiones Kamaz, fabricamos el aro dentado, que constituye la nueva solución puesta en práctica, explica Cepero Leyva detenidamente.
Dice también, que quizás alguien pueda pensar que el contar dinero deviene una tarea fácil, pero las 19 personas que laboran como cajeros en la entidad deben numerar como promedio un cuarto de millón de pesos a diario y hacerlo de forma manual le puede traer consecuencias negativas para su salud.
Las cinco máquinas recuperadas permiten que no disminuya el 40 por ciento de la productividad, lo que sucedía cuando estas estaban inutilizadas, agrega, y ahorra según el efecto económico de la racionalización unos 300 mil pesos.
Pretendemos reparar las 47 contadoras que tenemos en el territorio y hemos socializado los resultados con otras provincias como Camagüey y Sancti Spíritus, para que con la experiencia previa avileña en las provincias vecinas puedan fabricar las piezas, trabajo que un tornero fresador puede hacer con facilidad.
Osvaldo es ingeniero mecánico y aunque no ejerce esa profesión actualmente, utiliza esos conocimientos una y otra vez para buscar soluciones inmediatas y tener siempre de la mano a la investigación.
Lisandra López Pérez| Foto de Archivo
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08 Octubre 2015
08 Octubre 2015
hace 9 años