Once muchachas juegan al fútbol

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Mairyn Arteaga Díaz| Foto: Arelys María Echevarría/AIN
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14 Mayo 2015

Estudiantes atletas de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) “Héctor Ruiz Pérez”, de Santa Clara, que integran el equipo de fútbol femenino del mencionado centro de estudios y de entrenamiento, de la ciudad de Santa Clara, en Villa Clara, Cuba, 4 de mayo de 2015. AIN FOTO/Arelys María ECHEVARRÍA RODRÍGUEZ

Como cada mañana, las 11 niñas del equipo de fútbol de la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) “Héctor Ruiz Pérez”, de Santa Clara, salen al terreno con sonrisas naranjas, no importa si el sol hostiga en el medio del cielo o si se nubla y amenaza el agua: ahora solo interesan el balón y ellas.
  Según Lázaro Ruiz Alfonso, el entrenador, Villa Clara es una de las provincias con resultados más estables en la modalidad femenina de este deporte. Su conjunto obtuvo en 2013 la medalla de oro en los Juegos Nacionales Escolares, y en 2014, se quedaron con el bronce.
  Las aspiraciones, para la edición venidera, apuntan a mejorar el color del metal, quizás, recuperar el dorado perdido. Las muchachas, dicen sus mentores, se encuentran en condiciones de titularse.
  En las mentes de las jovencitas, está el espíritu ganador, por eso no vacilan en el desgaste de las primeras horas, aún cuando en la tarde les esperan las clases de preuniversitario o secundaria; y en el aula meten goles como si estuvieran en el terreno, las notas así lo avalan.
  Sheila Sánchez Borroto, con el número ocho a la espalda, entró a la EIDE cuando cursaba el sexto grado; hoy, con 15 años y en noveno, cuenta que cada vez que gana sabe que es gracias a la guía de los profesores y a sus esfuerzos en los entrenamientos.
  Llegué a la escuela a través del balonmano, pero rápido pasé al fútbol porque me sentía mejor en el y fue la oportunidad para destacarme en un juego, comenta Sheila.
  Cuentan que en el deporte universal quien lleve el número 10 es porque deviene el más destacado del plantel, el más goleador, el líder.
  En la camiseta naranja de Lilian Pérez Sandoval, resaltan esos caracteres en negro, seguramente porque la joven de 16 abriles que cursa el décimo grado ya dejó constancia en el conjunto de sus habilidades y méritos.
  Combinación que la llevó en el 2014 al Campeonato Sub-15, efectuado en Islas Caimán. Ella  fue la subcapitana de Cuba y representó a la nación con todo el ímpetu de su corta edad.
  Me enseñó mucho. Allí las jugadoras tenían un nivel muy superior y nos sirvió de fogueo, jugamos contra Canadá, Haití y Puerto Rico. No obtuvimos lugares, pero la experiencia sí nos quedó.
  Antes, Lilian incursionó como gimnasta y aprendió el fútbol cuando se sentaba tras la cerca de un terreno que quedaba cerca de su casa, allá en Sagua la Grande. Ahora está segura de que eligió bien: los goles y las redes, la llenan de satisfacción.
  Dianelis Pérez Jiménez, la otra mentora, se siente feliz con sus 11 chicas, explica que poseen un excelente estado físico y técnico, con buena ofensiva y mejor movilidad y ataque.
  Son muy críticas, receptivas y académicamente no tenemos quejas. Los dos entrenadores nos sentimos orgullosos, añade.
  Tal vez esto responda al empeño que ponen las jugadoras, al hecho de darlo todo en mañanas ardientes como el desierto o frías o nubladas con amenaza de lluvia.  Quizás porque cada una, a su manera, piensen un poco igual que Lilian:
  ¿Y en tus tiempos libres, en tu casa, qué haces?
  ¿En mi casa? Si cuando llego a Sagua la Grande sigo en el fútbol con mi hermano, concluye Lilian, y el juego continúa.
  Y es cierto: al fútbol también lo componen 11 mujeres.