La creación del Ministerio del Interior (Minint) el 6 de junio de 1961 fue muy oportuna, porque en coincidencia con el inicio de sus funciones, el entonces presidente John F. Kennedy consultó a sus principales jefes militares sobre costos y posibilidades de éxito de una invasión para vengarse por la derrota de Playa Girón y planear el posible curso de un amplio plan de acciones de todo tipo contra Cuba.
Durante más de 10 administraciones estadounidenses, la CIA, el Pentágono y agencias oficiales desarrollarían más de 600 planes de atentados contra el Comandante en Jefe Fidel Castro, alzamientos en zonas rurales, operaciones de espionaje, guerra bacteriológica, terrorismo y programas subversivos, entre otros.
Esos métodos fracasaron frente a la radicalización y resistencia del proceso revolucionario y la conducción del máximo líder al frente de su pueblo en victoriosas batallas contra el imperio y sus lacayos, en epopeyas en las cuales el Minint desempeñó un papel importante.
Esa institución también ha desarrollado otras direcciones fundamentales para garantizar el orden interior y vial, la protección de los bosques, la prevención y extinción de incendios, las fuerzas guardafronteras, los servicios aduanales, inmigración y extranjería y otras misiones relevantes para el pleno desarrollo de la sociedad.
Son 64 años de encomiable misión a lo largo de los cuales muchos combatientes pasaron a ocupar un sitial de honor por su desempeño, como el capitán Eliseo Reyes, San Luis, quien con solo 25 años se convirtió en el legendario jefe del Minint en Pinar del Río, donde enfrentó las infiltraciones armadas y posteriormente libró su último combate en la guerrilla de Ernesto Che Guevara, en Bolivia.
También constituye un ejemplo de héroe anónimo, como agente de la Seguridad del Estado, el Comandante Tony Santiago, quien se infiltró en una organización contrarrevolucionaria en 1964, y mientras se dirigía a Miami por mar para cumplir una misión, la pequeña embarcación fue interceptada y hundida por una lancha artillada por terroristas. A punto de ser ametrallado respondió al fuego con su pistola y murió gritando: ¡Patria o Muerte!, comentaron sus asesinos años después.
Son muestras igualmente de intransigencia y fidelidad a la Revolución nuestros Cinco Héroes, que en su labor en Estados Unidos expusieron la vida en la defensa de la seguridad nacional y tras ser apresados resistieron y no claudicaron en las cárceles estadounidenses hasta que volvieron al seno de la Patria.
Las nuevas generaciones de combatientes del Ministerio del Interior enfrentan en la actualidad la estrategia enemiga, basada en las nuevas tecnologías de la Información y las comunicaciones en las redes sociales que intentan explotar para sus fines las consecuencias del bloqueo, dificultades en los abastecimientos, en las condiciones de vida del pueblo y los propios errores.
Los objetivos de esas maniobras no son novedosos y se corresponden con los expuestos en un documento oficial en 1960 por Lester Mallory, vicesecretario de Estado, que al defender el bloqueo impuesto a Cuba dijo que está dirigido a provocar el hambre y la desesperación que lleve al derrocamiento del Gobierno por el mismo pueblo.
Esa añeja política se ha mantenido inalterable durante más de seis decenios y hoy se enmascara bajo nombres de presuntas Revoluciones de colores, fakes news y post verdad, que promueven también mercenarios del ciberespacio comprometidos como sus fracasados antecesores en esos viejos y conocidos objetivos de restauración capitalista por la vía de la división.
La actitud valiente, disciplinada y ecuánime de las fuerzas del Minint junto al pueblo derrotaron los planes enemigos durante los disturbios del 11 y 12 de julio, que buscaban instaurar un clima de violencia que sirviera como pretexto a una escalada de acciones que acarrearían una intervención “humanitaria” de Washington, como exigían la mafia anticubana de Miami y sus servidores internos.
En este 6 de junio, aniversario 64 del Ministerio del Interior, llegue el reconocimiento y la felicitación calurosa a esos miles de hombres y mujeres que en la actualidad continúan la misión de aquellos heroicos fundadores.
Ellos renuevan sus compromisos y demuestran con su ejemplo y decisión la fidelidad a los principios que dieron vida a ese organismo.