Fundado el 26 de julio de 1979, al calor de las celebraciones por el vigesimosexto aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el periódico Invasor materializó el anhelo de contar con un diario, en la entonces recién surgida provincia Ciego de Ávila.
Su primera salida perpetuó para la historia la voluntad de crear una publicación “con características locales, capaz de divulgar el esfuerzo del pueblo, contribuir al trabajo político e ideológico, y reflejar para la historia los éxitos y reveses de los avileños”.
Dirigido en sus inicios por el periodista Rolando Cedeño Capote, tuvo su primera redacción en la calle Marcial Gómez, número 401, en la ciudad cabecera.
Cubrió el vacío que había quedado en la prensa periódica local desde la desaparición de El Pueblo ―el de mayor trascendencia durante el período neocolonial, con más de medio siglo al servicio de la clase burguesa―, cuya edición culminó en 1959, según el historiador José Antonio Quintana García.
Luego del triunfo de la Revolución solo se informó sobre los sucesos más relevantes de Ciego de Ávila en el diario camagüeyano Adelante, que mantuvo un corresponsal en este territorio hasta el surgimiento de Invasor.
La naciente publicación se imprimió en unos talleres ubicados próximos a la redacción, donde disponían de una rotoplana de fabricación norteamericana, cuya última patente era de 1906.
Con esa máquina se hicieron tiradas diarias de hasta 11 mil ejemplares en formato sábana, con cuatro páginas y una calidad de impresión ínfima, debido a la obsolescencia de la tecnología, recordó Héctor Paz Alomar, fundador.
Hasta abril de 1987 los trabajadores mantuvieron su salida bajo condiciones adversas; luego se construyó un combinado poligráfico con tecnología soviética, relativamente moderna, que facilitó la tirada en formato de tabloide, con ocho páginas, la inclusión del color rojo y nuevo diseño.
Al salir en esa fecha estrenó el logotipo de identificación que mantuvo hasta el 2006, concebido por Manuel Fernández Malagón, entonces jefe de diseño del periódico Trabajadores. El simbolismo y la sencillez distinguieron la imagen adoptada a finales de los 80, rememoró (en el 2008) Migdalia Utrera Peña, quien dirigió al medio de prensa desde 1988 hasta su fallecimiento en 2013.
Mientras mantuvo su condición de diario se caracterizó por el predominio de informaciones referentes a acontecimientos que se gestaban en distintos puntos de la geografía del territorio. La zafra azucarera, principal renglón económico de los predios avileños en aquel período, constituía un tema recurrente.
Varios momentos han marcado la existencia de Invasor, como el traslado para la redacción en Avenida de los Deportes, en la urbe cabecera, el 13 de agosto de 1988; y las transformaciones durante la década del 90, con el comienzo del llamado Período Especial.
A partir de 1992, debido a la escasez de papel, se limitó su salida a tres veces a la semana, otra vez con cuatro páginas, en el formato sábanas. Retomaron el antiguo tamaño las hojas para no perder el espacio, ante la orientación de reducir el número de planas.
Sin la llegada de más materias primas y como consecuencia del agotamiento paulatino de las reservas existentes, fue inevitable la casi paralización de la prensa escrita cubana; ante tal disyuntiva, a fines del propio año se transformó en semanario de ocho páginas con salida los sábados y tirada de 21 mil ejemplares.
A diferencia de otras publicaciones, se benefició con la salida semanal pues disminuyó la carga de trabajo para los seis u ocho periodistas con que contaba, de una plantilla de 14.
La pérdida del diarismo abrió las puertas a la investigación periodística y la opinión. Comenzaron a realizar materiales con mejores condiciones para instruir y orientar a los lectores, además de facilitarse la superación de los trabajadores.
El semanario, a partir del 30 de julio de 1994, retomó el formato tabloide y contó nuevamente con ocho páginas.
La llegada de las primeras computadoras a la redacción en 1997 y el empeño del colectivo para superarse y asumir el cambio tecnológico, posibilitó la creación de la primera página web, el 24 de febrero de 2000. Fue un reto que asumieron, a pesar de no contar con personal especializado.
El sitio digital poseía una estructura sencilla, pero funcional, y se encontraba ubicado en los más grandes buscadores internacionales. Así lograron proyectarse hacia Cuba y el mundo.
Utrera Peña destacó en aquellos momentos que Invasor.cu se ha caracterizado desde sus inicios por el tratamiento especial a temas deportivos: béisbol, fútbol, y el ciclismo, de manera fundamental. Su primer golpe de efecto fue precisamente la transmisión, casi en vivo, de los Juegos Olímpicos Atenas 2004, algo que no realizó ninguna otra web cubana.
También ha sido la única página web en ofrecer especial cobertura a la Vuelta Ciclística a Cuba. De esta forma, el deporte ha constituido un punto clave para ganar lectores de más de un centenar de naciones, dijo.
La estabilidad, unidad y el esfuerzo de sus trabajadores le han permitido situarse, durante varios años, entre las mejores publicaciones impresas de la nación, avalada por disímiles premios, entre los que sobresalen algunos por el excelente tratamiento a temas económicos.
Ahora, más cerca del centro de la ciudad de Ciego de Ávila, con un equipo renovado y de probada capacidad en el ejercicio de la prensa revolucionaria, asume un nuevo modelo de gestión económica que incorpora numerosos servicios en el ámbito de la comunicación social.
A la capacidad para transformarse, sin perder las esencias y logrando ajustarse a las circunstancias, también se debe la trascendencia de Invasor, periódico que en una fecha memorable como el 26 de julio arriba a su aniversario 45, con el compromiso de mantener el éxito mientras refleja la realidad avileña con la agudeza que exige cada momento.