Leal a Cuba

Quizás tenderse sobre la Calle de Madera de la Plaza de Armas para impedir con la fuerza de su propio cuerpo que se retiraran los adoquines, fue la primera de muchas demostraciones de lo que es amar a Cuba en todos los sentidos.

   Esa fue la esencia de un hombre como Eusebio Leal Spengler (1942-2020), eterno velador del país, sus raíces, su patrimonio y su gente.

   Solo un maestro de su talla hizo lo que pocos hombres sobre esta tierra bendita en el medio del Caribe, abrazada por muchas culturas: combinar pensamiento y acción.

   Leal Spengler puso a la ciudad capital en el mapamundi a golpe de esfuerzo, simbolismo y entrega absoluta mediante una obra basada en la belleza y la ética que hoy es digna de admirar por donde quiera que se le analice.

   Los inicios de la restauración del Centro Histórico habanero por el Palacio de los Capitanes Generales, sitio emblemático para entender la dominación española sobre Cuba y, al mismo tiempo, para conocer las raíces del pensamiento independentista criollo dan cuenta de su marcado interés en que cada ciudadano conozca sus orígenes y cuál es el camino a transitar en el presente y futuro inmediato de la nación.

   Pero Leal y su corazón de forjador trascendieron los predios de La Habana para convertirse en el Leal de Cuba y  guiar al Comandante en Jefe Fidel Castro hasta Playitas de Cajobabo, donde Martí y Gómez desembarcaron en 1895 en función de rehacer la Revolución frustrada en dos ocasiones anteriores.

   Y rindió culto a Céspedes, el patricio bayamés e iniciador de nuestras gestas libertarias, y reverenció y cuidó de todos los próceres -hasta del soldado desconocido-, quienes lucharon por una Cuba más justa, que hoy luce su Himno, su bandera y escudo.

   En sus textos siempre leímos que fue un hijo de su tiempo y habría que añadirle que Leal es un auténtico hijo de este territorio pues, sin pedir nada a cambio, veló celosamente por su historia y sus tradiciones.

   Una obra tan hermosa como la creación de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, que celebra sus primeros 15 años este 2023, habla por sí misma.

   Conectar todas las urbes y los historiadores en una especie de familia para poner a disposición del pueblo los valores culturales de sus comunidades, es demostración de que llevaba a su terruño en la mente y el corazón de modo permanente.

   Más que un amante de La Habana quiso a la mayor de las Antillas con todas sus fuerzas, costándole no pocos desvelos para regalarle a la gente alegrías y sabiduría.

   Con el Leal historiador, restaurador de ciudades y almas, gestor del patrimonio, comunicador, obrero y pensador, Cuba tiene una deuda inmensa e incalculable.

   Hizo por la cultura de la que llamó la "Patria amada" más de lo que como hijos también de esta tierra le hemos devuelto en tareas concretas.

   De él aprendimos a apropiarnos de los símbolos con decencia, a reverenciarlos como tal y a estar orgullosos de lo que somos.
   A este gran caballero hay que volver siempre si se habla de hidalguía, coraje y corazón para serle leal a Cuba.

Cuba, Eusebio Leal Spengler

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