“La sociedad cubana necesita mantener su unidad”

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Evelyn Corbillón Díaz| Foto Pedro Paredes Hernández| ACN
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15 Abril 2016

Hildelina Fernández Ardiles, fundadora del Partido Comunista de Cuba, Pinar del Río

Uno de los retos de la sociedad cubana de hoy radica en mantener la unión, más allá de todo tipo de divergencia, aseguró a la ACN Hildelina Fernández Ardiles, pinareña fundadora del Partido Comunista de Cuba (PCC).

A sus 75 años de edad esta mujer, natural del municipio de  Guane,  recomienda perfeccionar el quehacer del PCC, aunque sin “negociar” valores como la igualdad de derechos en la Isla.

De marcada convicción antimperialista y antiburguesa, como se autocalifica, Hildelina exhorta a recordar en cada momento las premisas de la militancia del Partido, mediante las cuales sus integrantes se deben a las masas y a ser ejemplos en su radio de acción.

Sin ambiciones personales ni profesionales, solo servir a la Revolución, insiste en no claudicar en la defensa de nuestra soberanía e independencia, a cinco décadas de surgido el PCC cual vanguardia organizada de la nación cubana.

“Los pinareños estamos muy motivados con el Séptimo Congreso, por la importancia de revertir en éxito todas las dificultades. El sector agrícola está consciente de su rol social, pero debemos darle continuidad a los 313 Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, y perfeccionar el trabajo cotidiano”.

Como contribuyente desinteresada al auge de todas las ramas agropecuarias que han demandado su intervención en la provincia, aboga por la necesidad del esfuerzo  para lograr la independencia de la economía, que solo se obtendrá a partir del incremento de la producción y la comunión de metas.

Su presencia en la apertura del Primer Congreso, participación como delegada al Tercero y membresía actual en el Comité Provincial del PCC en Vueltabajo, le permiten disertar acerca de los principales retos que aún enfrenta la nación en el camino hacia al perfeccionamiento de su accionar.

“Las organizaciones políticas y de masas tienen que incorporar a toda la sociedad en la materialización de los acuerdos emanados del Congreso, en tanto las directrices tienen que atemperarse a los nuevos tiempos, siempre sobre la base de la defensa de los valores y principios”.

Resaltó también la importancia de insistir en el estudio de la historia de Cuba, sobre todo porque las nuevas generaciones desconocen las limitaciones de pagar alquiler por una vivienda, salud, educación u otros servicios básicos.

“Estoy orgullosa de las proyecciones de la juventud, que no varió nada a la de antes de 1959, solo que este momento no requiere el paso al frente en guerras por la libertad, ni cuenta con un Girón (al referirse a la invasión de Estados Unidos por Playa Girón en abril de 1961) o la lucha contra bandidos”.

Hildelina siempre quiso estudiar e inculcar en sus hijos el amor por una profesión. Esto último lo consiguió pero no desde una propia, pues la precaria situación económica en su hogar la obligó a abandonar la escuela en el segundo año del bachillerato e incorporarse al trabajo en un centro para despalillar tabaco.

Hoy sus cuatro nietos viven las anécdotas narradas por esta mujer, de cuando en la década de 1950 contribuía con el Movimiento 26 de Julio en la venta de bonos, recaudación de dinero y la protección a combatientes contra la tiranía de Fulgencio Batista y  perseguidos por sus sicarios.

Mi formación partió, indiscutiblemente, de la influencia familiar- acotó-, debido a la integración de mis padres al Partido Ortodoxo  y a las actividades convocadas por él.

El 28 de febrero de 1962 recibió oficialmente el carné que la acredita como militante comunista, fecha que estuvo seguida de múltiples labores, entre ellas, la reestructuración de los núcleos de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), misiones a lo interno de la Asamblea Provincial del Poder Popular y del Partido en el territorio más occidental.

Insatisfecha con su quehacer revolucionario, aunque sí complacida de su representación en cada una de las tareas políticas de la Revolución, afirma que se le está acabando el tiempo.

“Quisiera ver el fin de muchas cosas que aún exigen su solución, mas confío en la máxima dirección del PCC y en el Socialismo para encontrar alternativas, y en la resistencia mantenida por el pueblo cubano, primordialmente ante el bloqueo como política que nos ha dañado”.