La Bienal en Matanzas: proceso que transforma y suma

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ACN - Cuba
Yenli Lemus Domínguez y Luis Daniel Báez, estudiante de Periodismo | Fotos: Archivo
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28 Febrero 2025

   Desde 2019 Matanzas sabe que la Bienal de La Habana puede sentirse más cercana y fértil, y en la XV edición como horizonte compartido, otra vez el arte del proyecto Ríos Intermitentes, más allá de todo lo difícil de los tiempos, brotó para refrescar, sanar, unir y dejar huella.

   El proyecto que nació con curaduría de María Magdalena Campos Pons, mantiene el propósito de llevar la obra de los artistas desde los espacios expositivos cerrados hasta lugares públicos, donde los transeúntes disfruten y sean parte de los procesos creativos, resaltó Luis Octavio Hernández Rodríguez, coordinador en el territorio matancero.

   Al mirar la tercera edición de “Ríos Intermitentes” se advierte la valiosa conexión entre creadores cubanos y foráneos, con proyectos enriquecedores, en los cuales se vieron exposiciones fotográficas, performances y obras escultóricas con participantes de generaciones diversas, destacó Hernández Rodríguez.

   Aunque no del todo pudo la práctica ajustarse al diseño de las etapas, lo realizado desde abril de 2024 hasta este febrero de 2025 evidencia cómo el pueblo yumurino se conmovió con las acciones de artistas procedentes de países como Nueva Zelanda, Costa Rica, Guatemala, Emiratos Árabes Unidos, Chile, Canadá, Colombia, Argentina y Dinamarca, además de los de casa.

   Esta vez, con la motivación de la Bienal, se contó con el privilegio de lanzar un proyecto nombrado Cuerpos Integrados, con la curaduría de Osmany Bentacourt Falcón (Lolo) y Helga Montalván, el cual trabaja en la línea del rescate de la cultura, la historia y visibiliza problemáticas sociales, explicó Luis Octavio.

   “Agradecemos a todos los artistas que nos ayudan a convertir un sueño, que en algún momento pensamos que nos quedaría enorme, en una realidad que hoy los pobladores de Matanzas agradecen”, enfatizó Hernández Rodríguez.

   El próximo “Ríos Intermitentes” propondrá continuar la transformación del entorno cultural de la ciudad y entrelazará con el vínculo cercano a la historia que nos precede –adelantó- a fin de conservar la identidad que nos caracteriza como habitantes de Cuba.

   Ahora, cuando todavía los transeúntes se preguntan el significado de las pirámides de canto colocadas en la fundacional plaza de La Vigía; cuando los fotógrafos detienen el sol en la sien de la María de Matanzas, ubicada en la calle de Narváez y una jaiba honra el nombre del barrio donde permanecerá hasta que la fortaleza del metal o de la identidad lo permitan; la Bienal en Matanzas rompe las fronteras de un evento planificado o un pretexto para crear, es un proceso que transforma y suma.