Esa estela bien larga del buque escuela Simón Bolívar (+ Fotos)

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El buque escuela Simón Bolívar en el puerto de Cienfuegos
El buque escuela Simón Bolívar en el puerto de Cienfuegos.
Onelia Chaveco
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10 Junio 2025

   Con casi 45 años de haber recibido el Pabellón Nacional de Venezuela, un 12 de agosto de 1980, el buque escuela Simón Bolívar atesora una larga estela salpicada de espuma de mar y de historia tras su itinerario, con la misión de realizar la formación de jóvenes de la academia naval para la defensa de ese país, y llevar los deseos de amor y paz a los pueblos.

   El propio capitán de navío, Ronald Briseño Huerta, Comandante del “Simón Bolívar”, entrenó y se fogueó en el buque, de ahí que sea un genuino resultado de esa preparación fuerte y exigente que acometen las diferentes hornadas de venezolanos.

Capitán de Navío  Ronald Briseño Huerta, Comandante del “Simón Bolívar”
Capitán de Navío Ronald Briseño Huerta, Comandante del “Simón Bolívar”

   Mientras el “Simón Bolívar” reposaba por estos días atracado en uno de los muelles del puerto de Cienfuegos, Briseño Huerta respondía a algunas interrogantes de la Agencia Cubana de Noticias.

   “Me formé en este barco como cadete, confesó. Hice mi viaje de instrucción en 1998 y estoy próximo a cumplir 25 años de egresado de la Escuela Naval; ahora he tenido la fortuna y el privilegio de ser el Comandante del buque”.

   En este cuarto de siglo, de su vida a bordo, no queda rincón de cubierta, ni de popa o de estribor que el Comandante no conozca; pero también posee referencias al dedillo sobre cómo evolucionó el velero en estos tantos viajes de instrucción, así como los cambios operados en sus tripulaciones de cadetes y guardamarinas.

   Cuando surcó por primera vez las aguas de la bahía de Cienfuegos en 2019, entre la tripulación del velero asomaban algunos rostros de mujeres, que con marcialidad portaban el uniforme y desempeñaban iguales tareas que los hombres.

   Ahora, en esta segunda visita a la bahía de Jagua, la presencia femenina es bien notoria. Sobre estas transformaciones, Briseño Huerta afirma que “contar con ellas en el buque es una bendición porque siempre tienen un toque particular y mucha distinción, tan es así que la participación de las féminas fue compulsada por el gobierno de Caracas, desde la lucha por la inclusión desempeñada por el Comandante Hugo Chávez”.

   “Gracias a él la incorporación femenina a las Fuerzas Armadas Venezolanas ha sido muy activa, y me atrevo a decir que de manera exponencial, porque con el transcurso del tiempo la integración de la mujer resultó más enfática.

   “Tenemos mujeres ya con grados de Comandantes de buque, hay pilotos de aviones, de helicópteros, una submarinista, entonces de verdad resulta muy positiva, y no solo en la vida militar, sino también en las estructuras de gobierno.

   “Chávez siempre fue una persona con perspectiva feminista, que tuvo siempre presente su inclusión, y ellas respondieron dando demostración de sus cualidades tanto humanas como profesionales.

   “Fíjese que tenemos ahora en el “Simón Bolívar” a 34 entre profesionales, cadetes, en fin todos los rangos en la tripulación”.

   

Brigadier mayor Nelmary Martínez Quintero
Brigadier mayor Nelmary Martínez Quintero.

La brigadier mayor Nelmary Martínez Quintero, plaza de la Academia Militar de la Guardia Nacional, cursa el tercer año de la Universidad Militar Bolivariana, y es una de las invitadas a este 35 crucero de instrucción.

   “Muchos pensarán que a una mujer se le pueden dificultar ciertas cosas que los hombres hacen con facilidad, pero la representación femenina incorporada ha demostrado que podemos con todo y  mucho más.

   “Mi motivación para optar por carreras militares es poder lograr grandes cosas, pude llegar a mi academia, demostrar que soy una buena persona, una mejor cadete y representarlo con mis notas, con mis evaluaciones.

   “Fui primer lugar en la orden de mérito de mi escuela y por eso estoy aquí siendo cadete invitada en un crucero de instrucción, sobre el cual no tenía ni idea de la vida marina y me he ido adaptando a todas las circunstancias, a los adiestramientos y doctrinas de la faena marinera.

   Martínez Quintero nació en el estado venezolano de Táchira y forma parte de las tropas terrestres, de ahí que debió sobreponerse mucho más que los otros integrantes de la tripulación, quienes sí conocen de las actividades navales.

   “Es la primera vez que navego, y sentí miedo, pero esa es la esencia para poder compulsarte a hacer las cosas”.

   El hecho de permanecer atracado en muelles del puerto de Cienfuegos, propició que muchos pobladores amantes de la marinería apreciaran la singularidad de la embarcación, construida en 1978 en los astilleros Celaya S.A. de Bilbao, al igual que sus homólogas de la región, como el  Cuauhtémoc, de México; el Guayas, de Ecuador; y el Gloria, de Colombia.

   Considerado un clásico velero, el bergantín posee tres mástiles, con un área de velamen de mil 650 metros (m) cuadrados, que acogen un total de 23 velas.

   Con autonomía para 45 días navegando, el barco tiene una eslora de 82,4 m  y un calado de 4,4 m, por lo cual se facilita su acceso a cualquier puerto, pues no requiere de ensenadas tan profundas.                

   Reconocido entre el pueblo venezolano como el Embajador sin Fronteras, el “Simón Bolívar” asume ese honorifico nombre porque además de formar a las nuevas generaciones en la defensa naval del país latino, tiene la misión de  establecer y estrechar vínculos de amistad con las armadas de otros territorios del área.

   Los  XXXV Cruceros de Instrucción al Exterior, realizados por el velero bolivariano, sin dudas dejan una larga historia tras sí, y un recuerdo memorable de quienes pasaron por él, o aún permanecen allí como esas bitácoras marítimas que buscan siempre contrarrestar el magnetismo del barco.