Cuando en 1986 Ederlys Díaz llegó al círculo infantil Los Criollitos, la inundaron sentimientos de incertidumbre y miedo por el mero hecho de relacionarse con niños, dada la suspicacia y el amor que exige la educación de los menores.
Apenas con 22 años de edad, se adentró en un mundo lleno de fantasías que hoy considera suyo, más allá de la carga de trabajo y
los inconvenientes a veces presentados en la faena cotidiana, los cuales sortea sin miramientos y devienen metas para el nuevo día.
El centro educacional, erigido en la ciudad de Pinar del Río, la acogió para la materialización de los conocimientos adquiridos en la academia, toda vez que le permitió su superación profesional y la puesta en práctica de los resultados de su tesis de maestría relacionada con las dificultades del comportamiento de los infantes en el grado preescolar.
A tres décadas del primer acercamiento a un infante, esta logopeda se confiesa satisfecha por el desempeño en su círculo infantil, en el cual se va más allá de la corrección del vocabulario.
La asesoría al trabajo preventivo, vinculado a la atención de menores con necesidades educativas especiales, y la detección de factores de riesgo que puedan incidir en su conducta o aprendizaje, constituyen labores de Ederlys en "Los Criollitos", así como el reto de que los pequeños arriben a enseñanzas posteriores con los problemas vencidos.
“Hemos acogido a niños autistas, pues una de las premisas de estas instituciones- fundadas el 10 de abril de 1961-, es la inclusión de menores con alguna discapacidad”.
También manifiesta su orgullo por el progreso en el lenguaje de dos adolescentes de secundaria básica, beneficiadas con implante coclear, porque durante todo un curso ella contribuyó a su desarrollo, mediante la realización sistemática de ejercicios.
Con la certeza de que su relevo está asegurado, Ederlys augura un buen futuro para los círculos infantiles de Vueltabajo, sede del Acto Nacional por sus 55 años de creados.
Para hablar de los círculos infantiles y de su impacto social, tenemos que remitirnos al surgimiento de esa iniciativa concebida en un principio para cuidar a los hijos de las madres trabajadoras, precisa.
“Si bien en la actualidad las capacidades en la provincia- con 50 círculos- no cubren la demanda, sí se observan los frutos de más de medio siglo centrados en la educación de los menores, que van desde la enseñanza de la lengua materna, los colores, los héroes y mártires de la Patria, hasta la formación de valores en edades tempranas de la vida”.
En ese último aspecto- acota- radica su verdadera connotación, en la posibilidad de instruir a los hombres y mujeres del mañana, esos que en diferentes sectores de la sociedad garantizarán el sustento de la nación cubana.