Desde la Constitución en 1976 y las subsiguientes, la gestión ambiental en Cuba constituye responsabilidad del Estado e incluso la primera surgió apenas cuatro años antes del 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, proclamado el 15 de diciembre de 1972 por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.
El recuento de sus acciones evidencia un auge generalizado en cuanto a conservación, preservación, mantenimiento y desarrollo del entorno se refiere, sobre la base de la participación popular en el cumplimiento de sus objetivos, coinciden muchos expertos consultados.
Una actuación semejante es vital en su aplicación, si se tiene en cuenta la existencia de una emulación nacional para determinar la provincia ganadora de sus celebraciones que, de hecho, pone en práctica un sistema de evaluación del organismo rector, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
También resulta demostrativa de que la sede de sus actividades centrales ha sido ganada por la inmensa mayoría de las 14 provincias del país, salvo Mayabeque, una de las más jóvenes, Santiago de Cuba y el municipio especial Isla de la Juventud, aunque intervienen y no renuncian a su otorgamiento.
Esta vez en Sancti Spíritus, por tercera ocasión
Sancti Spíritus la obtuvo este año, anunció a la Agencia Cubana de Noticias, Armando Rodríguez Batista, ministro del Citma, quien enfatizó en el sustento científico de su gestión, matizada por el Plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, conocido por Tarea Vida, uno de los contados en el mundo.
El máster Leonel Díaz Camejo, al frente de la misión de tal organismo en esa provincia central, a 384 kilómetros de distancia de La Habana, confió en la capital a la ACN una síntesis de las razones por las cuales la alcanzaron, contenidas en un voluminoso informe.
Cuentan con 17 áreas protegidas y de ellas 13 están certificadas y con sus correspondientes consejos de administración, actualizaron los planes de manejo de cuatro, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó tres más, elaboraron los expedientes de dos y otros tantos para el cambio de categoría.
Disminuyeron el índice de la contaminación por microplásticos e incrementaron el uso de plásticos en bienes duraderos, entre ellos el régimen de recolección que abarca a toda la nación y que los transforma en muebles, cestos, jaulas y madera plástica para cubiertas de techos.
Contempla casas de cultivos, pasarelas para playas y hoteles, reparación de sillas de ruedas, y camillas para la salud pública, con acceso de la población en general.
La innovación en el cambio de la matriz energética en la movilidad urbana y transición con un proyecto que incrementa los transportes eléctricos en la urbe, el establecimiento de estaciones fotovoltaicas y de bombas de suministro de agua a las comunidades.
Cuba emprende, además, el Programa Nacional sobre la Diversidad Biológica, que define los propósitos, metas y líneas de acción priorizados hasta 2050 con vistas a preservar paisajes, ecosistemas, especies y genes, adoptado por el Consejo de Ministros de la República el 24 de julio pasado.
Su proyección a largo plazo acoge medidas para disminuir la pérdida de la diversidad biológica, como aporte significativo a la seguridad nacional y al desarrollo próspero y sostenible de la economía y la sociedad.