Casa Memorial Pedro Agustín Pérez: honrar honra (+Fotos)

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Fotos y texto de Pablo Soroa Fernández |
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13 Julio 2016

    A raíz del deceso de Pedro Agustín Pérez,  su conciudadano el poeta Regino Boti,  sugirió una obra para perpetuar la memoria del único guantanamero que alcanzó los grados de Mayor General del Ejército Libertador.

  A raíz del deceso de Pedro Agustín Pérez,  su conciudadano el poeta Regino Boti,  sugirió una obra para perpetuar la memoria del único guantanamero que alcanzó los grados de Mayor General del Ejército Libertador.
    Había nacido en Tiguabos el 29 de abril de 1844 y exhalado su postrer suspiro en Boca de Jaibo el 13 de abril de 1914 (puntos hoy pertenecientes al  municipio de El Salvador), no obstante, su egregio coterráneo propuso que “El Museo  (…) se instalase en la casa donde vivió sus últimos años en esta ciudad, y (…) en la cual fue tendido su cadáver”
   Y añadió que con esa obra “evitaremos que muchos recuerdos indispensables para instituir un fondo histórico local emigren”.
    Dichos fondos, muebles y objetos personales se conservan hoy en la Casa Memorial erigida en el sitio propuesto por Boti y bautizada con el nombre de quien durante la lucha independentista asumió importantes responsabilidades como jefe militar en la región guantanamera, que entonces se extendía desde Mayarí hasta Maisí, y a la cual convirtió en retaguardia de la Revolución.

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    Más de 25 mil personas han visitado ese inmueble, inaugurado el 16 de julio de 2013, por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
    Atesora entre otras valiosas muestras el sable de gala de aquel patriota que proclamó el ocho de agosto de 1898 que “si nuestra independencia no queda asegurada ahora es mi deseo continuar luchando por ella treinta años más, si fuera necesario”,  y recrea la vivienda de tipo colonial de fines del siglo XIX.
   De entre las ascuas de una vieja cuartería surgió este local, restaurado por  el Centro de Patrimonio Cultural y la Empresa de Diseño e Ingeniería (EDI) de la provincia y en el cual vivió  durante la primera década del pasado siglo el patriota, cuyos restos mortales descansan en el Mausoleo al Mambisado Guantanamero.
   La restauración del lugar- Martí 1162, entre  Avenida Camilo Cienfuegos y Pintó-  llevado a cabo en obediencia a un  proyecto de Lucía San Félix, especialista de la EDI, deparó  a la autora el Premio Provincial de Arquitectura, Urbanismo e ingeniería José Lecticio Salcines, instituido en 1999 por el Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad y la Asamblea Municipal del Poder Popular.
      En opinión de expertos –y también de los vecinos de la céntrica cuadra-, los constructores lograron restituir a la edificación los atributos arquitectónicos e históricos, sobre los que hicieron mella la falta de mantenimiento de casi medio siglo, y el descuido de varias hornadas de inquilinos que la moraron, luego del triunfo de la Revolución.
   0713-casa-memorial-2.jpgCon el rescate de la añeja edificación, se logró un acercamiento más profundo a la vida y obra de Pedro Agustín Pérez, y se hizo justicia histórica a esa insigne figura, artífice del levantamiento armado del 24 de febrero de 1895, en la localidad.

   Especial realce recibieron la fachada y  cubierta, mientras que la sala, que sirvió de gabinete de trabajo a quien también fue el primer alcalde de la ciudad  (1899-1900, 1901-1903 y 1906-1908), acoge las vitrinas, fotografías, documentos y piezas relacionados con su bregar revolucionario.
   “A la tarde Pedro A. Pérez el primer sublevado de Guantánamo, de 18 meses de escondite, salió al fin con 37 perseguidos de muerte y hoy tiene 200. En el monte con los 17 de la casa, está su mujer, que nos mando la primera bandera. (…), subraya una gigantografía, en alusión a los apuntes de José Martí, en su Diario de Campaña, el 27 de abril de 1895, en el lugar conocido por Vuelta Corta.
   “Periquito” –como popularmente se le conocía- falleció a los 70 años de edad, el 13 de abril de 1914, no en esta vivienda, sino en su finca de Boca de Jaibo, a pocos kilómetros de esta urbe suroriental, pero sus exequias fúnebres se efectuaron en la otrora vetusta mansión del centro histórico urbano, en cuyo entorno ella se inserta didácticamente, lo cualifica, reanima y transforma en un importante eje sociocultural.