Desde la orgánica mirada de espectadores, resulta difícil imaginar las complejidades que están detrás de la producción cinematográfica en Cuba, más aun si hablamos del audiovisual hecho por jóvenes que tiene que lidiar con la inexperiencia, atávicos prejuicios generacionales y múltiples problemas creativos, productivos, y legales.
Si bien entre los más notables aciertos del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), está el auspicio de la anual Muestra Joven desde hace más de una década, persistenaun incontables obstáculos a la hora de convertir una idea en producto audiovisual; y también en la distribución y exhibición de las obras.
En una conversación con el cineasta Fernando Pérez hace algún tiempo, este explicaba cómo “el cine hecho por los jóvenes no está en las salas, y mucho menos en la televisión, los escasos modos que tiene un emergente realizador de insertarse en los circuitos de distribución son la Muestra y otras citas como el Festival Imago de la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA) y el Festival de Cine Pobre de Gibara”.
Más allá de estos encuentros de muy corta duración, donde muchas veces los materiales se proyectan con un público de poco menos de 50 personas, no tienen los jóvenes muchas oportunidades de ver su realización en la gran pantalla.
El crítico e investigador Gustavo Arcos aportaba un dato interesante en su publicación del pasado 13 de abril en la revista digital Oncuba: “el 95 por ciento de las películas galardonadas en las Muestras aún esperan por ser exhibidas, regular y comercialmente en el país”, y proponía a los organizadores recuperar la idea de llevar las películas hacia otros espacios como universidades, escuelas, provincias, y demás instituciones.
“Los jóvenes cuentan con un solo espacio el último viernes de cada mes en el centro cultural Fresa y Chocolate, donde hay capacidad para alrededor de 30 personas, el resto del año sus películas apenas se ven, tampoco se tiene en cuenta que 23 y 12 o el Vedado no es toda La Habana, mucho menos todo el país, y al desplazarnos de esos sitios nadie sabe que el evento tiene lugar”, argumentó Arcos a la ACN.
También apuntó la existencia de otras dificultades como la necesidad de más fuentes de financiamiento, la no legalización de las productoras independientes y la ausencia de más espacios de formación académicos, ya que solo existe una escuela puramente nacional de cine: la FAMCA.
Con él coincidió el joven realizador Juan Carlos Calahorra quien sugirió: “Sería bueno tener más lugares donde socializar nuestras obras, compartirlas con coetáneos y gente de mayor experiencia, la Muestra Joven ha tenido el espíritu de fomentar estos espacios pero todavía son insuficientes”.
“Sin embargo, –añadió– los jóvenes de menos de 35 años, no creamos pensando solo en la exhibición, lo hacemos porque queremos y le ponemos todo independientemente de donde proyectemos los materiales, incluso, si no lo hacemos, los compartimos entre nuestros amigos, así que no pienso que esto sea una disculpa para no producir”.
¿Producción, exhibición, distribución?
En un primer reportaje indagábamos en qué aspectos de la realidad priorizan las más recientes historias de la nueva generación; ahora vamos en la búsqueda del cómo, ¿a qué mecanismos recurre un joven realizador para producir, exhibir y distribuir su obra?, ¿qué otras tensiones manifiesta en la actualidad el audiovisual cubano?
Al carecer el ICAIC, única productora estatal del país, de una política de fomento y de distribución, los mecanismos que tiene un joven cineasta para hacer una película son diversos y en la mayoría de los casos dependen de la especificidad del proyecto y de las habilidades de sus productores para acudir a diversas maneras de financiamiento y promoción.
Existe un sistema internacional de promoción al desarrollo de las cinematografías nacionales, fondos de fomento destinados a las cinematografías del sur, al cine iberoamericano, y una red de festivales que han asentado su prestigio a través de laboratorios, foros de coproducción, premios al cine en construcción, entre otras vías.
Algunos de estos fondos son otorgados por la Embajada de Noruega, la de Holanda, la de España, la Asociación Hermanos Saiz (AHS) y algunas becas como la Sparring Partners, que contempla la producción y parte de la distribución.
Marcos Díaz, guionista y director premiado en la sección Haciendo Cine de la recién concluida Muestra Joven, añadió sobre los prolongados insomnios que requiere dedicarse al séptimo arte: “Cuando uno es cinéfilo parece muy fácil, pero para hacer solo un corto de 15 minutos necesitas pasar meses buscando financiamiento, personas que te apoyen, organizar el equipo, el plan de rodaje…”
“Si hubiera querido realizar mi corto con mi propia computadora y mi propia cámara no hubiera salido nada parecido a lo que realmente quiero alcanzar en el resultado final, por eso acudimos al Haciendo Cine”, aseguró.
Asimismo, Raúl Capote, también premiado en este apartado, señaló otras problemáticas que enfrentan como realizadores. “Es muy difícil acceder a los fondos porque la mayoría están en Internet, dependes de la ayuda de amistades, pero si quieres lograr una imagen determinada necesitas una buena cámara y un tipo de luces específicos”.
“Ahora contamos con el apoyo de Jenova Pro, que nos va a dar el equipo de cámara y de sonido, lo cual costaría un dineral si tuviéramos que rentarlo nosotros y además es equipo de última tecnología, y el ICAIC nos va a ayudar en cuanto a vestuario”, detalló.
Por otro lado, a pesar de que la capital abarca la mayor cantidad de eventos que apoyan la creación joven, iniciativas comunitarias como el Movimiento Nuevitero de Camagüey, demuestran cuánto se puede lograr, con muchos esfuerzos, en pos de la creación.
Un grupo de jóvenes, junto a personas de distintas edades de la comunidad son los gestores fundamentales de esta iniciativa, que ya reúne una memoria colectiva de 60 obras (documentales, ficción, video arte, video clips) y asume un evento anual de tres días.
Entrevista a Hugo Navarro, integrante de Movimiento Audiovisual Nuevitero |
Hugo Navarro Ramírez, integrante del proyecto, comentó que "más allá del evento, buscamos otros lugares para proyectar nuestras obras: una vez al mes en la Casa de Cultura de Nuevitas ponemos los making de lo que estamos produciendo, y sigue asistiendo un gran público; tenemos también otro momento que crea la filial de la AHS en Camagüey. Inicialmente empezamos muy solos, pero últimamente hemos podido contar con la AHS, el telecentro y la emisora municipales, que nos están ayudando en la producción de sonido”, declaró.
Viabilizar la creación… Encuadre
Las vivencias de estos jóvenes realizadores indican que se hacen necesarias nuevas fórmulas para organizar la manera de producir; en la búsqueda de estas, surge Encuadre, red profesional enfocada en viabilizar la creación audiovisual en Cuba, que reunirá información profesional de quienes trabajan para el cine, la televisión y los nuevos medios.
La plataforma estará disponible a partir de junio de este año bajo el dominio encuadrecuba.com, e incluirá perfiles de las seis especialidades básicas (fotógrafos, sonidistas, directores, guionistas, productores y editores), y del resto de los servicios que pueden tributar al audiovisual como maquillaje, peluquería, subtitulaje, catering, entre otros.
“La producción que está fuera del ICAIC permanece en un limbo que tiene muchas desventajas, y creo que mientras esto se legaliza, debemos encontrar maneras de organizarnos, pretendemos ser una plataforma totalmente inclusiva donde esté lo independiente y lo institucional”, expuso Lázaro González, productor del proyecto.
Entrevista a Lázaro González, productor de Encuadre, nueva plataforma para viabilizar la producción audiovisual. |
Agregó que Encuadre parte justamente de una necesidad como cineastas, “estábamos haciendo Villa Rosa, un documental sobre las comunidades queer en Cuba, y nos volvimos locos buscando sonidistas porque los dos con los que habíamos trabajado hasta el momento no estaban disponibles, así nos dimos cuenta de que era muy necesario tener un espacio donde confluyeran todos estos contactos”, expresó.
Otra de las intenciones de la plataforma es publicar anuncios de festivales y talleres, y los perfiles serán editables, es decir, que una vez creados, los usuarios podrán gestionarlos, actualizar su currículum, cambiar su foto, tal como se hace en otras redes como Facebook o LinkedIn.
Iniciativas como estas deben multiplicarse, los creadores tienen que impulsar nuevos sistemas de asociación; urge encontrar maneras acordes con las condiciones del país y a tono con las formas vigentes de producción y las nuevas tecnologías, para que se potencie la producción, distribución y exhibición, no solo del arte joven, sino del cine cubano en general.