La Reina Gobernadora María Cristina de Borbón tuvo a bien emitir la Real Orden 531 para la fundación del Archivo General de la Isla de Cuba el 28 de enero de 1840 y con ese nombre pasó a ser el quinto de su tipo en América Latina, antecedido solo por los de Argentina (1821), México (1823), Bolivia (1825) y Brasil (1838).
Denominada también Reina consorte de España y regente del Reino de España (1806-1878) su iniciativa es atribuida, desde el punto de vista social, a dar servicio a la población y apoyar la investigación científica, aunque especialistas consideran que sentó las bases de la memoria histórica nacional.
En la práctica, cuando cesó la dominación hispana la institución quedó adscrita a la Secretaría de Estado y Gobernación hasta los primeros años de la presunta etapa republicana, esta vez bajo la intervención militar del gobierno de Estados Unidos.
Por decreto presidencial del 20 de diciembre de 1904, le cambiaron la denominación por la de Archivo Nacional y en 1942 surgió el Consejo Director Permanente de los Archivos de la República de Cuba.
Otro cambio experimentó por la Ley 289 del 24 de abril de 1959, cuando pasó a formar parte de la Dirección General de Cultura del Ministerio de Educación, y apenas cuatro años más tarde una nueva disposición jurídica del Gobierno Revolucionario lo modificó.
Actualmente es uno de los colectivos del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, con la función esencial de atesorar, organizar, custodiar y conservar aquellos documentos que por su valor permanente constituyen la memoria de la nación cubana, los cuales sirven de base a investigaciones científicas, reflejado en la Ley 714 del 22 de enero de 1960.
El desarrollo científico alcanzado por el país y la transformación de la sociedad hicieron imprescindible la renovación y actualización de sus normas y en 2001 emergió el Sistema Nacional de Archivos.
Desde entonces, los documentos más antiguos que conserva el Archivo Nacional de la República de Cuba (Arnac) datan de 1587: los protocolos notariales que constituyen interesantes testimonios sobre las particularidades de la vida social, económica y religiosa de la nación.
También atesora fondos y colecciones personales, relacionados con procesos independentistas coloniales, cultura y política, “sin cuyo conocimiento no sería posible el estudio acabado de nuestra historia Patria”, de acuerdo con la más reciente investigación sobre el particular.
Acumula 218 materiales, de los cuales 46 son colecciones personales y en ese sentido, sobresalió la labor del capitán del Ejército Libertador Joaquín Llaverías Martínez, quien el 7 de noviembre de 1921 se convirtió en Director del Archivo Nacional en comisión y el 3 de ese mismo mes de 1922 lo nombraron oficialmente en el cargo, cuya fecha sirvió para dejar constituido el Día del Archivero Cubano.
Posee, además, textos correspondientes a Calixto García Iñiguez, Mayor General en las tres Guerras de Independencia de Cuba en el siglo XIX y uno de los principales estrategas del Ejército Libertador Mambí.
Igualmente, de Máximo Gómez Báez (República Dominicana 1836-1905), quien se definía como “dominicano de nacimiento y cubano de corazón”, palabras que ratificó durante más de la mitad de su vida dedicada a la causa independentista, desde que arribó junto a su familia en 1865.