Cuando el 6 de marzo de 1995 surgió la Agencia de Medio Ambiente (AMA) comenzó en Cuba un sostenido y sostenible manejo de los recursos naturales y la gestión ambiental que se extiende hasta nuestros días.
Tanto Maritza García García, actual presidenta, como sus antecesores, sienten pasión por el valor de las investigaciones de la institución, evaluaciones, consultorías, productos y servicios científico-técnicos, administración de la información, educación y concientización en general.
Para el colectivo, es vital ser una organización líder en la búsqueda de soluciones ambientales, integrada, cohesionada, con alta capacidad de convocatoria en función del desarrollo.
En un principio, eran solo 12 centros adscritos y hoy en día suman 24, en su mayoría de investigación, y otros dedicados a las prestaciones científicas y tecnológicas en las provincias cubanas, cuenta García en uno de sus encuentros con la Agencia Cubana de Noticias, que se han hecho habituales.
Una de sus acciones principales consiste en la promoción de programas, proyectos y servicios, que en los últimos años ascendieron a 886 estatales y a 1324 técnico-comerciales, aunque en 2025 incorporó uno nuevo: el Sectorial de Patrimonio y Recursos Naturales.
En el caso de los internacionales, el promedio es de uno por año desde su formación hace tres décadas, tras ser aprobada por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y que reportaron beneficios al propio organismo, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y a comunidades en sitios de intervención.

Macro proyecto de PVR
En 2006 recibió la encomienda de organizar, dirigir y poner en práctica los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgos de Desastre, y la Evaluación del Impacto Ambiental, que le permitió durante 16 años ininterrumpidos la modelación permanente por ascenso del nivel del mar para los años 2050-2100 y la actualización del Sistema”) de Ventanilla Única, que brinda información al inversionista y facilita la constitución de empresas y tramitar los registros y las licencias.
La organización en 2021 valoró los impactos y las consecuencias negativas del incendio forestal en áreas del Parque Nacional Alejandro de Humboldt (Guantánamo-Holguín), la tormenta tropical Elsa y el huracán Ida, en las regiones central y occidental, respectivamente. Solo un año después, el accidente de grandes proporciones en la Base de súpertanqueros de Matanzas.
El primer proyecto de AMA, memorable por su duración de 20 años, lo nombraron Ecosistema Sabana-Camagüey, con financiamiento nacional y del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, a fin de sostener la conservación de la biodiversidad en tres sectores productivos del Ecosistema por sus considerables interacciones físicas, biológicas, económicas y sociales, de interés local y mundial.
Representa el archipiélago del mismo nombre y su plataforma marina, la Zona Económica Exclusiva del océano adyacente, y las cuencas hidrográficas de las provincias Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, y Camagüey, a lo largo de aproximadamente 465 km en el área norte central de Cuba, entre Punta de Hicacos al oeste y la Bahía de Nuevitas.
En total abarca un área de 75 mil km2 y constituye el mayor sistema de cayos del Gran Caribe, sus manglares están profusamente distribuidos en los cayos y la costa, la gran mayoría de estos últimos exhiben una bien conservada variedad de formaciones vegetales, y muchos poseen en sus costas meridionales hermosas playas de arenas blancas y aguas transparentes de impresionantes tonalidades.
Las formaciones vegetales son de gran importancia mundial e incluyen, además de los manglares, bosques semideciduos y siempre verdes micrófilos, matorrales xeromorfos costeros, complejos de vegetación de costa arenosa y costa rocosa, y comunidades halófitas.
Al frente del proyecto, en su condición de directora, estuvo Daniela de las Mercedes Arellano Acosta, graduada de Ingeniera Geofísica, en el Instituto Superior Politécnico José A. Echeverría, en diciembre de 1971, y Doctora en Ciencias Geológicas en la Universidad de Carolina, Praga, en 1986. Esta eminente científica cubana falleció el 30 de julio de 2019.
Un buen día me obsequió una síntesis de su voluminoso informe, con la persistente recomendación de que era una prueba irrefutable de la máxima cubana: primero analiza el peligro y sus avatares y después los daños; es decir, la existencia humana ante todo.
Agencia de Medio Ambiente @AMA_CUBA de @citmacuba, 30 años dedicada a gestión de la ciencia, aplicada al medio ambiente y los recursos naturales, + de 300 proyectos de investigación de Programas Nacionales, Ramales, Sectoriales y Territoriales y + de 30 Proyectos Internacionales pic.twitter.com/ji7luL6JAH
— Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (@citmacuba) March 3, 2025