1869: eclosión del ideal político y las letras en el joven Martí

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ACN - Cuba
Marta Gómez Ferrals
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21 Enero 2025

 A sus compatriotas de hoy y de todos los tiempos enorgullece recordar que José Martí estaba a cinco días de cumplir 16 años el 23 de enero de 1869, cuando se publicó el primer y único número del periódico La Patria Libre, fundado por él junto a su hermano del alma Fermín Valdés Domínguez, con el ilustre patriota y profesor de ambos Rafael María de Mendive como inspirador y mentor.

   Ese año recién comenzado traería para el adolescente varios sucesos definitorios en su vida, anunciadores del cubano que estaba naciendo al ideario revolucionario y político y de los sentimientos hondos presentes en la relación con su amada madre, vertebradores de su conciencia e inteligencia.

   Aparecieron en su singular expresión manifestaciones concretas: la poesía y el periodismo, dos ejes como faros en su evolución personal, que hicieron de su intelecto y su condición humana algo extraordinario.

   “La Patria Libre” salió del taller con la condición de ser más que todo un documento proindependentista, abiertamente al lado de los libertadores que habían seguido al levantamiento en armas liderado por Carlos Manuel de Céspedes desde el 10 de octubre de 1868 en Demajagua, en pleno fragor al oriente del país, generando efervescencia y respaldo en la Isla, especialmente en La Habana.

   Aunque Pepe Martí no fue el autor del trabajo de corte editorial y sin firmar que cerraba la publicación, en las dos últimas hojas estaba impreso el poema dramático Abdala, que narraba las peripecias y muerte del joven nubio con ese nombre, quien cayera en combate aguerrido contra los invasores de su tierra.

   Esa obra de marcado lirismo y calidad literaria prometedora, al decir de los entendidos, encierra no solo una historia a favor del patriotismo, también se la considera anunciadora del hombre extraordinario que sería el Héroe Nacional cubano.

   Admira en esta, además,  la exposición de la primera definición de Patria, hecha por José Martí, en la cual el jovencito va más allá de una valoración panteísta para adentrarse en el terreno afilado de la política, dicho todo con gran belleza y hondura. No solo se trataba de amarla, había que luchar por ella y defenderla.

   La noche anterior a la salida del referido periódico, Pepe y sus colaboradores estuvieron trabajando hasta algo tarde dándole los últimos toques a las pruebas de imprenta, pero ese día ocurrió un hecho violento en La Habana que la ciudad, el joven y su madre jamás olvidarían.

   En una presentación de la obra bufa Perro huevero, en el conocido Teatro del género llamado Villanueva, los sicarios del brutal Cuerpo de Voluntarios arremetieron contra quienes habían usado y reído expresiones jocosas a favor de la causa libertaria cubana.

   La represión apoyada por el Cuerpo de Voluntarios de La Habana provocó muertes de asistentes, detenciones y palizas, y los desafueros de la autoridad causaron verdadero pánico en la urbe. Su progenitora salió sola a la calle buscándolo desesperada, pensando, porque lo conocía, que podría haberle pasado lo peor, aunque él no debía estar en ese coliseo. En efecto, estaba haciendo periodismo y Patria, siempre unidos en su vida.

   En la obra Abdala, como ya dijimos, su autor refleja esencias de la relación con su mamá, protectora y amorosa, como fue siempre doña Leonor, pero sin entender jamás el apego incondicional de su vástago a la causa patriótica y al combate por la independencia.

  “Abdala” reveló asimismo las primicias de las convicciones antirracistas de José Martí, quien creía desde el fondo de su corazón que la palabra hombre implicaba todos los derechos sin importar el color de la piel. El protagonista era un joven de origen árabe de piel muy oscura.

   Antes de la aparición del poema teatral Martí escribió otro llamado A Micaela, a los 15 años en homenaje a la esposa de su querido maestro Rafael María de Mendive, quien en 1868 sufría la pérdida irreparable de un pequeño hijo de ambos.

   Fue un año en el cual escribió el soneto 10 de Octubre en el periódico manuscrito El Siboney, el cual lo identificaba afín a la independencia de Cuba, ideal al que se consagraría a lo largo de toda su existencia en lo adelante, tanto en la Isla como en el extranjero y por el que moriría con solo 42 años, al caer en combate en los albores de la Guerra Necesaria del 95, organizada desde Estados Unidos.

   Igualmente, en 1869, exactamente el 21 de octubre, fue hecho prisionero por autoridades españolas en la casa del amigo Fermín Valdés. Ambos resultaron procesados por haber escrito una carta a un compañero de estudios que acusaban de traidor.

   Al reconocerse Martí como único autor de la misiva se le condenó a seis años de trabajo forzado en las inhumanas canteras de San Lázaro. Al recibir un indulto, puede marchar en 1871 a España, con la condición de desterrado. Allá redacta y publica una denuncia sobre los horrores de esa cárcel.

   Empezó por entonces una nueva vida que lo consagró como latinoamericano, intelectual y libertario. El más universal de todos los cubanos y nuestro Héroe Nacional.

   No podría esperarse menos del niño que a los nueve años juró lavar con su sangre el crimen de la esclavitud.