Idalmis Méndez: amor y dedicación a los círculos infantiles

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ACN - Cuba
Dianelis Díaz Bueno | Foto: Autora
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10 Abril 2025

Guantánamo, 10 abr (ACN) Para Idalmis Méndez Zamora ser educador es una obra de infinito amor, pero cuando se es de niños pequeños de círculos infantiles, cuyos primeros aprendizajes son a través de "sus seños", lo es aún más.

   Educadora de segundo año de vida en el círculo Niño Mío, de la ciudad de Guantánamo, Idalmis ha dedicado 29 años a ese sector, al cual entrega amor, dedicación y tiempo "para que ellos sean felices", como explicó a la Agencia Cubana de Noticias. 

   Graduada inicialmente de Técnico Medio en Construcción Civil, sus manos, en vez de paredes, prefirieron moldear las primeras enseñanzas que desde muy temprana edad, reciben los infantes.   

   "Me gustaba cantar y jugar con los niños", confiesa sobre esa vocación que la llevó a convertirse en Licenciada en Educación Preescolar.

   Refiere que en su aula aplica métodos que van desde canciones hasta juegos didácticos para enseñar lengua materna, motricidad y las primeras nociones de las matemáticas, con alegría, como debe ser. 

   "También fui educadora musical en el círculo La Edad de Oro, trabajé además en Bebé, un centro de referencia en el territorio y ahora estoy aquí", cuenta y expresa con el orgullo que caracteriza a los buenos educadores que se sobreponen a las dificultades: cuando falta material, improvisan y ante los obstáculos, innovan. 

   "La mayor satisfacción llega años después, no hay mayor gusto que verlos crecer y convertirse en mujeres y hombres de bien, encontrarlos en las calles con títulos en sus manos,  graduados de médicos, enfermeros, técnicos, mientras me saludan y dicen "usted fue mi seño".

   Es en ese instante cuando cobra mayor sentido cada madrugada, cada desafío, para continuar en este camino elegido.

   Los círculos infantiles cumplen este 10 de abril 64 años, una idea de la heroína de la Sierra y el Llano Vilma Espín, un sistema creado para que las madres cubanas pudieran incorporarse a la vida laboral, mientras sus hijos desarrollaban habilidades desde edades tempranas en esas instituciones, una creación de oportunidades y aprendizaje devenida entre los logros más nobles de la Revolución. 

   En el municipio de Guantánamo existen 22 de esos centros educativos, y en cada uno, una Idalmis, mujeres que construyen el país desde los cimientos más tiernos y que no son "cuidadoras", sino docentes, licenciadas, másteres de la enseñanza, en una labor que no es menos.

   "Estamos preparadas para ofrecer la atención que el niño necesita y que logren el mayor desarrollo posible, desde las seis de la mañana estamos con ellos hasta que son recogidos, somos como sus padres y los conocemos cuando están enfermos o no tienen deseos de jugar”, advierte.

  “Somos parte de su familia y ellos de la nuestra –enfatiza- y los ayudamos a desarrollar sentimientos, cualidades y valores desde los dos años hasta los seis”.

   Son los círculos infantiles el lugar donde comienza a formarse el futuro; entre juegos y abrazos se escribe el mañana de Cuba y mientras muchas como Idalmis siguen ahí y reciben a los más pequeños con los brazos abiertas, queda claro que el mayor logro no son las cifras, sino el amor convertido en profesión.