En Yaguabo se percibe esperanza

Melissa

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ACN - Cuba
Guilian Cruz López | Fotos: de la autora
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27 Noviembre 2025

Holguín, 27 nov (ACN) Poco a poco llegamos lejos, afirma Adrián Leyva mientras enfoca su mirada en los colchones, el televisor y otros equipos expuestos en el patio, al calor del sol, con la fe de volver a utilizarlos tras la inundación que dejó a la comunidad de Yaguabo a un mismo nivel.

   Con la experiencia de una crecida anterior, Adrián refirió que nunca esperó que el agua alcanzara los dos metros de altura y abarcara el caserío en menos de 45 minutos, más aún tras la ruptura del canal justo frente a su casa, con una profundidad superior a un metro desde la superficie.

   Yaguabo es una comunidad situada muy próxima a la división territorial con la provincia de Granma, a unos 12 kilómetros de Cacocum, cuyos terrenos se encuentran por debajo de la Carretera Central y es atravesada por un canal cuyas aguas retornan hacia una laguna cercana, en cuyos alrededores se concentra gran parte del pueblo.

   Ante el paso del huracán Melissa, toda la población fue evacuada, y muchos hombres permanecieron protegidos en la escuela durante el evento meteorológico con el objetivo de resguardar los animales y las pertenencias del hogar.

   Al siguiente día regresamos a nuestras casas, todo estaba bien y entonces recibimos el aviso de que el río Cauto había salido de su cauce y el desbordamiento alcanzaba las zonas posteriores del pueblo, pero en muy poco tiempo quedó sumergido, detalló René Rodríguez Urquiza.

   Narró que tuvo que sacar a su familia en un tractor hasta el punto más alto del lugar, mientras la crecida amenazaba con volcar el vehículo por la presión, y que, al regresar a su hogar en busca de algunas pertenencias, debió sumergirse para salir nadando por debajo de la puerta hasta reencontrarse con sus familiares.

   Al otro lado de la carretera, Isnaldis Verdecia tostaba café cuando el agua comenzó a penetrar en el patio, por lo que se apresuró a subir sus tres cerdos al techo, pero el último se ahogó y, en su lucha contra la fuerza de la inundación, logró cerrar la puerta y salir hacia la calzada.

   Las 222 viviendas de la comunidad lo perdieron casi todo, con excepción de algunos refrigeradores que, aun sumergidos durante siete días, resistieron la humedad y continúan funcionando con normalidad, aunque el resto de los artículos se dañaron.

   Al tiempo que sacude la mano para espantar los mosquitos que lo agobian y han dejado tantos enfermos en el barrio, Adrián recuerda que el fogón, los platos y parte de la ropa salieron por la ventana de madera que logró abrir la inundación y asegura que, en sus 66 años, nunca había visto algo similar.

   Olivia Cruz cuenta que en las noches casi no duerme por la preocupación de que el canal vuelva a subir, porque el hueco permanece y recoge el agua de muchos territorios, incluso de Granma y de Santiago de Cuba, temor que comparten todos los residentes a la vera del problema.

   En Yaguabo duelen los recursos desaparecidos, los equipos mojados, la espalda y hasta el alma por haber perdido todo, pero quedan fuerzas, esperanzas y el consuelo de que lo más importante no se afectó y es la vida de cada uno de sus pobladores.