Contramaestre, Santiago de Cuba, 10 nov (ACN) En medio de los daños provocada por el huracán Melissa, los habitantes del municipio santiaguero de Contramaestre reafirman su espíritu solidario y la voluntad de salir adelante.
Belcys Tabares, residente en la comunidad de Los Pinos, refirió a la Agencia Cubana de Noticias que durante el paso del ciclón acogió en su casa de mampostería a más de 40 vecinos para proteger sus vidas y algunos de sus bienes.
Como una familia que somos, todos nos ayudamos y pasamos esa terrible noche; compartimos los alimentos y estuvimos pendientes de las personas mayores con enfermedades, expresó.
A sus 64 años, asegura que nunca había vivido algo similar: esa madrugada fue terrible, poco a poco lo vamos procesando y contribuyendo, con lo que se pueda, mucho o poco, a que los damnificados levanten sus casitas, dijo.
Por su parte, María Ricardo, una de las afectadas, subrayó que el delegado de su circunscripción la trasladó a su casa antes del impacto del huracán, aunque pasó la tempestad llorando con la certeza de que al amanecer no tendría hogar.
Agradece a una vecina que la acogió en un pequeño cuarto de su vivienda, y pese a permanecer deprimida y atenta a sus patologías, mantiene la esperanza de que la ayuda estatal le permitirá reconstruir su vivienda.
En la demarcación de Guayabal, Yailen Isaac señaló que su vivienda, la única de mampostería del barrio, acogió desde horas tempranas del 28 de octubre a alrededor de 20 vecinos.
Cuando miramos, todo estaba inundado en la zona más baja, rápidamente tratamos de sacar a los animales y empezamos a buscar altura, porque teníamos el agua a la cintura, ayudamos a las personas mayores y a los niños, para salvarnos, manifestó.
Hoy estamos todos vivos, y eso es lo más importante, poco a poco nos recuperaremos, afirmó.
Las historias de Belcys, María y Yailen reflejan el temple de un pueblo que, ante la adversidad, responde con solidaridad, esperanza, deseo y fuerza para levantarse.