Santiago de Cuba, 18 feb (ACN) Dada la reciente ocurrencia de movimientos telúricos de gran intensidad en Cuba y el Caribe, surgieron preocupaciones en la población por el disparo automático de la alarma de tsunami.
Respecto a este fenómeno natural, el doctor Enrique Diego Arango, jefe del Servicio Sismológico Nacional, refirió que no existen registros históricos en la nación; no obstante, hay un determinado riesgo asociado a la ocurrencia de terremotos fuertes en un segmento de la falla del Norte de La Española, situado al norte de Haití y República Dominicana.
Afirmó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que en esa zona se han generado algunos tsunamis, como los ocurridos en 1840 y 1946, con miles de muertes en las localidades costeras de esos países.
Señaló que las erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra marina y la caída de un meteorito constituyen también situaciones proclives a producirlos.
En enero del 2022, el volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, dentro de la jurisdicción de la isla de Tonga, en el océano Pacífico, registró una erupción explosiva que remitió una columna de materiales volcánicos y gases que llegaron a la estratosfera y enviaron ondas de choque a través de la atmósfera y olas de tsunami mediante las cuencas oceánicas, ejemplificó.
Expresó que en la zona sur de Cuba no hay condiciones sismotectónicas para la ocurrencia de terremotos desencadenantes de tsunamis, pues la falla existente es predominantemente de una pared vertical, en la cual una placa se mueve con relación a otra en un mecanismo conocido como deslizamiento por el rumbo.
Arango confirmó que en la nación antillana hay un mapa de peligro de esos eventos realizado por especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais).
En ese estudio, los expertos modelaron parámetros de las fallas con potencialidad de generar terremotos, como la profundidad y magnitud probable, y datos sobre la batimetría del mar y el relieve del fondo marino y de la costa, entre otros elementos, en aras de calcular cómo iban a llegar las olas, tiempo estimado y posible penetración del mar.
Según la investigación, las localidades más expuestas son Maisí, Baracoa y Moa, ubicadas en el extremo nororiental, y las playas en la costa norte de la mitad oriental, entre ellas las localizadas en Cayo Saetía, Guardalavaca y Cayo Coco.
El mapa, subrayó Diego Arango, permitió analizar los escenarios posibles, vulnerabilidad estructural, no estructural y funcional de esas demarcaciones, con el propósito de que la Defensa Civil conociera y estuviera preparada para accionar en caso de ser necesario.
La población puede acceder en el sitio web del Cenais a esas modelaciones, y, además, conocer en tiempo real en varias páginas de internet el registro de la monitorización del nivel del mar.
El especialista manifestó que por protocolos internacionales al ocurrir un terremoto de 7.0 grados o de mayor magnitud en la escala abierta de Richter se activa, de forma automática, la alerta de tsunami, a partir de la cual cada país revisa los datos del hecho y adopta medidas.
Arango instó a la población a no hacer caso a las falsas alarmas y estar atentos a las orientaciones de la Defensa Civil y a las informaciones emitidas por los medios masivos de comunicación y las instituciones pertinentes.
Un tsunami es un grupo de olas en un cuerpo de agua de gran energía y de tamaño variable que se produce cuando se desplaza verticalmente una gran masa de agua por algún fenómeno extraordinario.