Por Saimi Reyes Carmona
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11 Abril 2020


La Habana, 11 abr (ACN) A un mes del reporte de los primeros casos de la COVID-19 en Cuba estos son los principales momentos de la pandemia en el país:

Justo el día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba pandemia a la COVID-19, Cuba reportaba sus tres primeros casos importados en la ciudad espirituana de Trinidad.

Las personas que tuvieron contacto con los casos positivos fueron aisladas inmediatamente, mientras que las autoridades sanitarias de Sancti Spíritus reforzaron las acciones de control y vigilancia.

Tan pronto como el 13 de marzo Cuba informó de su cuarto caso; el primer cubano infectado era un joven residente en Santa Clara y casado con una boliviana proveniente de Milán, Italia, quien dio negativo a los exámenes, pero había tenido síntomas respiratorios leves en febrero.

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Ese día BioCubaFarma ofreció información en conferencia de prensa sobre cómo la industria biofarmacéutica cubana se prepara para enfrentar la COVID-19 y mencionaron en el protocolo medicamentos como el Interferón Alfa 2B recombinante, de producción nacional, así como péptidos inhibidores del virus elaborados por el CIGB y las investigaciones relacionadas con una posible vacuna.

Aunque las fronteras aún no habían sido cerradas ni reguladas, los escáneres instalados en los puntos de entrada al país recogían los datos de los viajeros, a la vez que se ingresaron todos los sospechosos en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) o en los hospitales provinciales y centros de aislamiento previstos.

También, el día 13 de marzo el Ministerio de Cultura pospuso o suspendió todos los eventos masivos y espectáculos artísticos en los cines, teatros, casas de la música y centros recreativos, así como los bailables y conciertos.

Durante 72 horas no se reportaron nuevos casos en el país, sin embargo, las medidas no se detuvieron, a la vez que se implementaron nuevas como la higienización y el control preventivo de los ómnibus.

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El día 16 de marzo una noticia removió al mundo: Cuba autorizaba el atraque en el país del crucero británico MS Braemar por razones humanitarias, y así lo daba a conocer Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores.

La decisión respondía a una emergencia sanitaria, pues en la embarcación se encontraba un número reducidos de viajeros confirmados con la COVID-19 cuyas vidas estaban en riesgo, y otros países de la zona no habían respondido al llamado del gobierno británico.

Como se anunció en ese momento, se adoptaron medidas sanitarias establecidas en los protocolos del Ministerio de Salud Pública cubano y la organización Mundial de la Salud para recibir a los pasajeros y su tripulación, hecho que finalmente aconteció el día 18 de marzo.

El mismo día 16 se confirmó el quinto caso de coronavirus en el país, pues un cubano de 63 años residente en el municipio de Diez de Octubre y proveniente de España resultó positivo a las pruebas, mientras que el 17 de marzo se sumaron otros dos a la lista de positivos, para un total de siete en la primera semana.

El primer fallecimiento por causa de la COVID-19 llegó el día 18, pues uno de los italianos reportados como primeros positivos de la enfermedad en el país murió en el IPK, luego de que había sido reportado de crítico en días anteriores.

Entre los cuatro nuevos casos que se reportaron ese día habían dos cubanos, un canadiense y un estadounidense que posteriormente sería evacuado a su país a petición de las autoridades norteamericanas.

En la Mesa Redonda del día 20 de marzo fueron anunciadas medidas drásticas de salud, orientadas a minimizar los contagios, así como de reordenamiento del comercio y relacionadas con la entrada de personas al territorio nacional.

Manuel Marrero Cruz, Primer Ministro, informó que desde el día 24 sería regulada la entrada de extranjeros al país, y solo podrían arribar los residentes, medida que sería vigentepor 30 días y que podría prorrogarse.

En ese mismo espacio televisivo, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez explicó que en Cuba se trabajaría por etapas y en correspondencia con ellas se actuaría: la etapa pre-epidémica, la de transmisión autóctona limitada y la más compleja: la epidémica.

También ese día se anunciaron medidas relacionadas con el comercio y con el cierre de hoteles y campismos, así como de centros nocturnos, cines y teatros, mientras que se informó que los trabajadores por cuenta propia, cuyas actividades cesarían quedarían liberados del pago de impuestos.

Desde ese momento todos los viajeros procedentes del exterior comenzaron a aislarse por 14 días y se incrementó la vigilancia epidemiológica de los extranjeros que aún se mantengan en el país.

También, y como parte de las medidas adoptadas en el territorio nacional, comenzó la pesquisa activa en un trabajo de prevención y promoción de la salud, al que se sumaron más de 28 mil estudiantes de ciencias médicas de todo el país.

La matemática y la programación se sumaron a la lucha contra la pandemia, y el día 23 fue lanzada la herramienta Covid19Cubadata, un tablero con información en tiempo real de la enfermedad en Cuba, creado en conjunto por el equipo Postdata.club, la revista Juventud Técnica y la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana.
Por su parte, se recordó a la población que el Código Penal contempla sanciones para aquellos que infrinjan las medidas sanitarias, a fin de ayudar desde las leyes a un mejor control y prevención de la enfermedad.

Otra Mesa Redonda, el propio 23 de marzo, sirvió para anunciar que las clases serían suspendidas durante tres semanas, y se le sumaría la cuarta, de receso escolar, porque, durante un mes no habrían actividades docentes en la educación primaria, media y superior, mientras los círculos infantiles se mantendrían funcionando bajo un régimen de flexibilidad.

El día 20 de abril es la fecha precisada para reanudar las clases, aunque para eso se tendrá en cuenta la situación epidemiológica del país, según compartió en ese momento el Primer Ministro cubano.

La Ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez amplió la información destacando que desde el lunes 30 de marzo comenzaría una programación televisiva dedicada a los estudiantes, a fin de disminuir la afectación lectiva.

El control policial en el país sería también reforzado, a fin de garantizar el cumplimiento de las medidas de separación de las personas y evitar aglomeraciones, mientras que se suspendió la transportación interprovincial de pasajeros, tanto estatal como privada.

Una buena noticia llegó el día 24, pues fue dado de alta médica el primer paciente de los diagnosticados en Cuba, y se trataba de uno de los primeros casos, el joven cubano de 25 años esposo de la boliviana y residente en Santa Clara.

Ya para esa fecha se había hecho un llamado al aislamiento social, se pesquisaban diariamente alrededor de tres millones 500 mil personas y el Presidente había pedido a toda la población usar nasobuco para salir de sus casas como medida extra de protección.

El día 26 de marzo se reportó la segunda muerte en Cuba: un ciudadano ruso de 45 años de edad que se había mantenido en terapia durante nueve días, había fallecido pese a los esfuerzos del personal médico, debido a complicaciones relacionadas con la diabetes que padecía.

Mientras, el día 27 se reportó el primer evento de transmisión local de COVID-19 en Cuba, más específicamente en la provincia de Matanzas, pues un animador de un hotel en Varadero transmitió la enfermedad a tres contactos.

Medidas relacionadas con la economía y el comercio minoristas comenzaron a implementarse por esa fecha, haciendo especial énfasis en la producción nacional de alimentos, sobre todo en la agricultura y la industria procesadora, mientras que se anunciaron algunos cambios en la entrega de productos normados, tanto alimentos como de aseo.

El primer cubano fallecido a causa de la COVID-19 tenía 52 años y era de Remedios, Villa Clara, la noticia de su deceso fue dada el día 28 de marzo durante la conferencia de prensa que cada mañana ofrece el doctor Francisco Durán, Director Nacional de Higiene y epidemiología del MINSAP.

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Una hermosa iniciativa surgió en las redes sociales a finales de marzo y fue rápidamente difundida: a las nueve de la noche, hora del conocido cañonazo de La Habana, todos los vecinos se asoman a sus balcones y portales a aplaudir a los profesionales de la salud, como muestra de agradecimiento por su labor.

El mes terminó con el anuncio del Ministerio de Comunicaciones de una tarifa diferenciada para las llamadas de voz y el consumo de datos en las horas de la madrugadas, además de que se adicionan 10 horas más en todos los paquetes de Nauta Hogar, se rebaja la tarifa de la larga distancia nacional y se extendió el Bono de la recarga internacional a 30 días.

El día primero de abril Cuba dispuso de 100 mil pruebas de test rápidos que permitirán el diagnóstico de la enfermedad en solo 30 minutos, además de que se informó que el país poseía 40 mil pruebas de PCR en tiempo real, las más efectivas para detectar el SARS Cov-2.

Ese mismo día, el Primer Ministro Manuel Marrero comentó que ya sumaban 230 las medidas implementadas por el gobierno, dadas a conocer de manera directa a la población y que se han venido cumpliendo.

La localidad Camilo Cienfuegos de Consolación del Sur, en Pinar del Río, fue puesta en Cuarentena desde el primero de abril y la misma medida se tomó en El Carmelo, consejo popular del Vedado capitalino, a partir del día 3.

El día 3 el Partido Comunista de Cuba de sumo a un llamado internacional de cooperación en la batalla contra la COVID-19, texto que había sido rubricado por otros 230 partidos de todo el mundo.

Mientras, el día 5 se anunció que el gobierno cubano gestionaría el regreso a Cuba de los nacionales que trabajan en cruceros.

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El día 6 de abril, Cuba recibió un donativo de la República China para combatir la enfermedad y el Ministro de Relaciones Exteriores del país agradeció al gigante asiático por el gesto.

También ese día el gobierno de la capital cubana aseguro que, al ser esta la provincia más afectada, el consejo de defensa provincial incrementaría las acciones en el Cerro y definiría acciones a realizar en Diez de Octubre, el Cotorro, Playa y La Habana del Este.

El día 7 de abril el país entró en fase de transmisión autóctona limitada por eventos activos de transmisión local en Consolación del Sur, Pinar del Río, Florencia en Ciego de Ávila, Florida en Camagüey y Gibara en Holguín.

Aunque muchas de las medidas de esta etapa habían sido adelantadas en la fase pre epidémica, el Presidente cubano orientó que todos los lugares que reporten transmisión local entren en cuarentena.

A partir de las tres de la tarde del día 8 de abril quedó activo el Consejo de Defensa del municipio para el aislamiento social de ese territorio y se decidió la cuarentena del Consejo Popular Buenos Aires.

Nuevas medidas, como suspender la venta de bebidas alcohólicas en centros gastronómicos y posponer el cobro de servicios como la electricidad, el agua y el gas, fueron tomadas el día 9.

También en esa fecha el Ministro de Transporte anunció que se paralizaría a partir del sábado 11 de abril el transporte público urbano, incluyendo los transportistas privados y también los ómnibus, trenes, coches, bicitaxis y metrotaxis.

Además, la titular del Ministerio de Comercio Interior anunció que se cerrarían los centros comerciales y sólo se comercializarían productos de aseo, alimentos y productos ligeros.
El consejo popular Argentina, en Camagüey, también fue decretado en aislamiento por un evento activo de transmisión local este 9 de abril.

Mientras, el consejo popular Naranjal, de Matanzas, fue declarado en cuarentena restrictiva este 10 de abril.

El día 30 de la enfermedad en el país llegó con 564 casos confirmados con la COVID-19 presente en todas las provincias, 15 fallecidos y 51 recuperados.