La Habana, 11 nov (ACN) Para Erika Melisa Tortoló Molina, su mayor alegría tras el paso del huracán Rafael ha sido regresar este lunes a clases en compañía de sus amigos, quienes cursan el quinto grado en la Escuela Primaria José Martí, del municipio capitalino de Playa.
La niña narró a la Agencia Cubana de Noticias su reciente experiencia con los vecinos de la comunidad de Buenavista y los linieros que allí laboran en función de la recuperación.
Desde el balcón de su hogar, la pequeña de diez años de edad ha sido testigo de las intensas jornadas de trabajo desplegadas por la brigada de profesionales y asegura que cada día son más notables los avances con la recogida de árboles y postes.
Según contó Erika a esta reportera, lo más impactante es la solidaridad con que la comunidad trata a los linieros y la confianza depositada en ellos.
En esos trabajadores ella ve la solución para regresar pronto a su vida habitual, con electricidad para poder jugar y hacer las tareas escolares con normalidad, aseguró.
Bárbara Molina López, madre de Erika, reconoció la prontitud con que llegó la brigada a la zona y, pese a las vicisitudes, agradece lo esfuerzos que realizan por restablecer los servicios.
Para los vecinos es prioridad garantizar el bienestar del equipo, por lo cual intentan asistirlos en todas sus necesidades y tratar de que se sientan lo mejor posible, resaltó.
Ante cualquier circunstancia la humanidad siempre ha sido un valor característico de los cubanos, agregó.
De los 860 mil 808 clientes de la capital, la Empresa Eléctrica de La Habana informó que ya son más de 820 mil los que cuentan con servicio eléctrico, lo que representa aproximadamente el 95 porciento (%) del total.