Alexander Rodríguez: para ser brujero hay que saber de yerbas 

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ACN - Cuba
Evelyn Corbillón Díaz | Foto: Rafael Fernández Rosell
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26 Julio 2025

Consolación del Sur, Pinar del Río, 26 jul (ACN) Cuando hace una década Alexander Rodríguez Lima comenzó a incursionar en los frutales, después de mucho tiempo en la porcicultura, lo tildaron de loco; pero basado en sus estudios de Agronomía pudo emprender y ya hoy ve los resultados.

    En el kilómetro cuatro y medio de la carretera a Herradura, en el pinareño municipio de Consolación del Sur, se inició con nueve hectáreas (ha) de guayaba, como principal cultivo en su finca Vista Alegre. 

    Su patrimonio total abarca hoy las 36 ha explotadas en usufructo, para lo cual sus estudios en la Universidad de Montañas del municipio de La Palma, de donde es originario, le sirvieron muchísimo; además del legado familiar.

   La escuela ha sido un puntal fuerte para poder desarrollar cualquier proyecto, porque para ser brujero hay que saber de yerbas, asevera para referirse a la importancia de conocer la tierra si se quieren palpar sus frutos. 

   Tiene que gustarte la agricultura y hoy no es el hobby de mucha gente, apunta quien produce su propia postura por propagación agámica, cuenta con viveros y toda el área se encuentra bajo riego. 

   Destaca que la comercialización no se trata de algo circunstancial, pues la guayaba depende mucho de la rapidez con que la realices.

   Eso es clave y trato de ser muy serio; tiene que existir una comunicación estable con la industria - su destino fundamental- y nunca se me ha echado a perder la producción, añade el productor de 42 años de edad. 

   Antiguamente sus tierras formaban parte del patrimonio de la Empresa de Cítricos Enrique Troncoso, hoy perteneciente al Grupo Empresarial Tabacuba, asociación que le permitió el acceso a paquete tecnológico para las plantaciones de guayaba. 

   Aquí todo es rústico pero nos ha funcionado con conocimiento, cultura del detalle y la aplicación de la ciencia y la técnica, sentencia Rodríguez Lima.

   Estamos necesitados de innovar más y compartir buenas prácticas en las condiciones actuales -explica-; en el caso de la guayaba respetamos la tecnología del cultivo y con limitaciones de recursos hemos logrado que los volúmenes productivos no bajen. 

   Tenemos más plantas por hectárea con vistas a asegurar la presencia durante todo el año y la permanencia en caso del paso de ciclones por el territorio; y realizamos poda constante, alega. 

   Señala que hace dos años y medio usan la tabaquina como plaguicida y les ha posibilitado obtener una fruta de calidad.

   En sus tierras igualmente siembra coco, plátano, mango, frijol en las áreas en rotación; y también incursiona en la acuicultura a partir de la tilapia roja. 

   Sus producciones van dirigidas, asimismo, al consumo social, sobre todo centros asistenciales y Sistemas de Atención a la Familia del territorio.

    Como hombre inquieto que es, Alexander plantará de forma experimental dos hectáreas de tabaco de sol en la campaña que empezará en el venidero mes de octubre.