La Habana, 9 jun (ACN) Inés Maria Chapman, vice primera ministra de Cuba, reafirmó hoy el compromiso de la mayor de las Antillas con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, relacionado con la conservación de los océanos, como componente fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Para Cuba, el cumplimiento de los compromisos asumidos en el Programa Nacional de Diversidad Biológica hasta el 2030 y la Contribución Nacionalmente Determinada 3.0 es inexorable, instrumentos que se sustentan en la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación como motores de la sostenibilidad, expresó la vice primera ministra, durante su participación en el Panel 2 de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos.
Refirió que la gestión de los océanos enfrenta un problema grave: las decisiones sobre su conservación y uso sostenible se basan frecuentemente en intereses económicos o políticos inmediatos y no siempre en la evidencia científica.
Ante los participantes, enfatizó en que la sostenibilidad de los océanos solo será posible mediante una cooperación internacional basada en la solidaridad.
Las medidas coercitivas unilaterales no solo afectan nuestro desarrollo, sino que dañan la capacidad colectiva regional para proteger el patrimonio oceánico compartido, indicó.
Afirmó que la cooperación científica internacional debe basarse en la solidaridad y la no en exclusión, como convoca la Carta de las Naciones Unidas.
Chapman denunció que el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba impone obstáculos severos que violan el derecho al desarrollo y comprometen la acción climática, al negar el acceso a financiamiento internacional para proyectos ambientales, bloquear la adquisición de tecnología marina esencial, y restringir la participación en redes científicas globales.
Por su importancia transmitimos de forma íntegra la intervención de Inés María Chapman, vice primera ministra cubana.
Excelencias, distinguidos representantes y delegados:
La gestión de los océanos enfrenta un problema grave: las decisiones sobre su conservación y uso sostenible se basan frecuentemente en intereses económicos o políticos inmediatos y no siempre en la evidencia científica. Por ello, articular ciencia, cooperación internacional y políticas públicas resulta esencial para una protección efectiva de los ecosistemas marinos.
Para Cuba, el cumplimiento de los compromisos asumidos en el Programa Nacional de Diversidad Biológica hasta el 2030 y la Contribución Nacionalmente Determinada 3.0 es inexorable. Ambos instrumentos se sustentan en la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación como motores de la sostenibilidad.
Contamos con catorce instituciones científicas dedicadas a la investigación marina. Sus investigaciones profundizan el conocimiento sobre la diversidad biológica y las presiones que enfrentan nuestros ecosistemas marinos, traduciéndose en acciones concretas como la restauración de arrecifes coralinos mediante técnicas de jardinería de corales, la protección de sitios críticos de desove con vedas temporales, y la recuperación de manglares. Estos hallazgos se incorporan directamente en instrumentos de política ambiental, permitiendo establecer límites de captura de peces basados en evaluaciones científicas, monitorear la calidad del agua en zonas prioritarias y fortalecer la resiliencia costera.
Sin embargo, este empeño se desarrolla bajo condiciones excepcionalmente adversas. El recrudecimiento del Bloqueo Económico, Comercial y Financiero contra Cuba impone obstáculos severos que violan el derecho al desarrollo y comprometen la acción climática, al negar el acceso a financiamiento internacional para proyectos ambientales, bloquear la adquisición de tecnología marina esencial, y restringir la participación en redes científicas globales.
Las medidas coercitivas unilaterales no solo afectan nuestro desarrollo, sino que dañan la capacidad colectiva regional para proteger el patrimonio oceánico compartido. Por ello, afirmamos que la cooperación científica internacional debe basarse en la solidaridad y la no exclusión, como convoca la Carta de las Naciones Unidas.
Urge eliminar barreras políticas que impiden el flujo de conocimientos y recursos. La transferencia de tecnología marina y creación de capacidades deben priorizar a los países insulares y en vías de desarrollo, mediante accesibles y no condicionados; mientras la educación oceánica debe fortalecerse para convertir ciencia en conciencia colectiva y políticas fundamentadas.
Cuba reafirma su compromiso inquebrantable con el cumplimiento del ODS 14 como componente fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Continuaremos generando ciencia aplicada y protegiendo nuestros ecosistemas marinos con los recursos a nuestro alcance, conscientes de que el financiamiento internacional y la transferencia tecnológica son indispensables para su plena materialización. La sostenibilidad de los océanos solo será posible mediante una cooperación internacional basada en la solidaridad, como reclaman nuestros pueblos.
¡Muchas gracias!
(Tomado de Cubaminrex)
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