Texto y fotos: Jorge Luis Moreira Massagué
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11 Febrero 2021

 

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La implementación de la Tarea Ordenamiento en Cuba, vigente desde el primero de enero del actual año, alcanza todos los sectores de la sociedad donde genera opiniones diversas de la población, muchas de ellas enfocadas a la revisión de procedimientos o regulaciones aprobadas.

Quizás el apresuramiento por cumplimentar los nuevos precios, conllevó a quienes debieron asumir la tarea no analizar muchos de los detalles al decidir los importes, y como han señalado las máximas autoridades del país, ni siquiera consideraron suministros existentes desde el año anterior, con otros costos.

Tampoco han valorado que una vez subidos los precios tiene que existir un valor que lo respalde, una calidad del producto, junto a otros factores.

Un ejemplo es lo ocurrido en el programa del Sistema de Atención a la Familia, conocido por sus siglas como SAF, donde han sido necesarios ajustes de precios y gestiones en aras de mejorar las ofertas a un grupo poblacional de bajos ingresos y ayudar a su alimentación.

Si bien las gratuidades y subsidios deben reorganizarse, en este caso específico preocupan los incrementos de precios, que han provocado la salida de muchos de sus comensales, al no estar en correspondencia tampoco con la calidad de las opciones.

Así sucede en la provincia de Camagüey, donde el SAF suma 105 instalaciones de ese tipo, que beneficia a más de seis mil personas, y llama la atención una cifra aun alta que no acude a los comedores y otros son intermitentes.

A partir de esa situación, las direcciones de Trabajo y Seguridad Social continúan la revisión de los ingresos de quienes manifiestan no tener capacidad de pago, y hasta la fecha se han aprobado ayudas excepcionales a 32 camagüeyanos, con el objetivo de favorecer el acceso al servicio del SAF.

Durante la visita gubernamental de este mes, encabezada por el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel, se indicó analizar las causas señaladas, fundamentalmente la calidad de lo ofertado, lo cual depende en gran medida de factores subjetivos.

Olga Rodríguez Vilariño, una contadora agramontina jubilada, comentó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que en términos de calidad deciden factores externos e internos, y entre ellos mencionó a los proveedores, y la gestión de los administradores.

Reclamó el valor agregado de las comidas para que tengan esos costos, poniendo como ejemplo la natilla, la cual inicialmente valía dos pesos y la reajustaron a uno.

Ese postre se elabora a partir de una mezcla para desayuno, agua y azúcar, solamente, cuando pudiera contener leche, ilustró.

Expresó desacuerdo, al igual que varios entrevistados, con el precio de la mortadella, valorada en ocho pesos solamente ella, muy alto si se tiene en cuenta la cantidad entregada (media rueda y fina), por lo cual nunca la solicita.

El precio del mencionado “plato fuerte”, dentro del grupo de los embutidos, es de 80 gramos, cantidad que no llega a una rueda completa, según explicaron fuentes especializadas.

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Al respecto, Pedro González Mendoza, director de gastronomía del Grupo Empresarial de Comercio Interior (GECI) en la provincia, afirmó que el precio se decide según el costo dado por el proveedor, el cual es alto, y al aplicarle los precios fijos este sube.

Si los proveedores no son capaces de disminuir los costos de las mercancías, los de las ventas seguirán siendo altos, expresó.

Por otro lado, Ángel Piña Yordi, de 79 años de edad, consideró caras aun las comidas que se le ofrecen en uno de los SAF en esta urbe, y selecciona solo algunas opciones como el arroz, la sopa, panes y el plato fuerte, sumando entre ocho y 10 pesos en cada sesión de la jornada.

A partir de su experiencia de cocinero durante años, comentó que parte de las soluciones depende del trabajo de los que desempeñan esa función, y citó el ejemplo del arroz, la sopa y el potaje que no siempre se realizan de la misma manera.

La ACN supo, además, de insatisfacciones sobre el precio de las bolsas de yogur, que se comercializan a más de seis pesos a los afiliados al SAF, cuando el costo a nivel nacional de este producto es de cinco pesos.

González Mendoza, director de gastronomía en el GECI de Camagüey, aclaró que esa entidad decidió, en consulta con el Gobierno en el territorio, vender a cinco pesos desde la presente semana las bolsas del yogur, que antes valían 6.60, pues la forma de venta era por vaso, cada uno valorado en 1.60.

Para revisar estas y otras problemáticas, precisó, se conformaron grupos de trabajo encargados del control y fiscalización a las unidades del SAF, labor que realizan los especialistas de gastronomía de las empresas municipales y del GECI, y también jefes de departamentos del grupo empresarial llevan a cabo inspecciones.

Esos grupos hacen hincapié en el gramaje y la calidad de los alimentos, porque los nuevos costos aprobados deben estar en consonancia con una calidad superior, y hacia ese objetivo se encamina el trabajo, señaló.

El funcionario dijo que se aumenta el financiamiento destinado a la gestión de ensaladas, viandas y especias por parte de los administradores del SAF, cuyo monto puede llegar hasta los mil pesos e incluso dos mil cuando son unidades grandes.

Al mismo tiempo estrechan convenios con productores, cooperativas y con organopónicos.

Pero mientras se llega estos procederes, aun persisten las opiniones desfavorables.

Por tratarse de un programa social tan sensible urge aunar voluntades y consensos en pos de mejorar cada día las propuestas de este tipo de comedores, a cuyo personal, principalmente los cocineros y elaboradores, debe facilitársele mayor capacitación y recursos para lograr más calidad.

Además, diversidad en las ofertas y gramaje que se correspondan con los precios.

Ahora más que nunca, en tiempos de Ordenamiento económico, se necesita de una labor conjunta de organismos, entidades y personas implicadas en este sistema dirigido a los de menos recursos económicos.