A Enrique Figuerola le corresponde el honor de ser el primer medallista olímpico del deporte revolucionario de Cuba, con su actuación en los XVIII Juegos Olímpicos de Tokio 64, a solo seis años del triunfo de 1959.
La Revolución cubana y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), creado en 1961, ya comenzaban a dar los primeros frutos a este nivel.
Anteriormente la isla caribeña había alcanzado 12 medallas de oro, 11 de plata y 13 de bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Kingston 62, y cuatro preseas doradas, seis plateadas y cuatro bronceadas en los Panamericanos de Sao Paulo 63.
Así las cosas, la insula integró una pequeña delegación de siete deportes: esgrima, remo, gimnástica, pesas, atletismo, boxeo y baloncesto.
Figuerola, campeón continental de la cita brasileña, viajó a la capital japonesa con buenas posibilidades de lauros y no hizo quedar mal a los especialistas, con un metal plateado, primero del atletismo cubano en citas estivales.
Con un tercer lugar en la semifinal, el bólido antillano- de explosiva arrancada- salió bien, pero a los 10 metros ya se sabía que el estadounidense Bob Hayes seria el ganador de la prueba, y así fue.
La lucha se centró entonces por el segundo escaño entre Figuerola y el canadiense Harry Jerome, quienes desarrollaron una cerrada carrera hasta la línea de meta, donde se despejó la victoria para el cubano, a pesar de registrar el mismo tiempo de su contrincante.
Miguelina Cobián clasificó también en los 100 y 200 metros, pero en la primera distancia finalizó con un meritorio quinto lugar y en la segunda, la de mayores posibilidades para ella, fue descalificada.
Similar suerte tuvieron los boxeadores, pues Félix Betancourt y Fermín Espinosa, quienes habían llegado a cuartos de finales fueron eliminados, al igual que Roberto Caminero, dueño del título panamericano, después de una brillante actuación que no tuvieron en cuenta los jueces.
Los gimnastas poco pudieron hacer ante el empuje de los europeos y asiáticos, en especial de los japoneses y chinos.
Algo parecido sucedió con los baloncestistas, remeros, pesistas y esgrimistas, a pesar de contar en esta ultima disciplina con Mireya Rodríguez, ganadora de los centroamericanos de Kingston y los panamericanos de Sao Paulo.
Tokio recibió a cinco mil 151 atletas de 96 países, con participación en 163 pruebas de 19 deportes, y el dominio de Estados Unidos, que acumuló 36 medallas de oro, 26 de plata y 28 de bronce, escoltado por la Unión Soviética (30-31-35) y Japón (16-5-8), mientras que Cuba termina en el puesto 30 (0-1-0).