Estas letras no pueden reflejar por si solas el amor, la sensibilidad y el profesionalismo que en cada jornada laboral derrochan las integrantes del Centro Nacional de Genética Médica (CNGM) en la elaboración de un diagnóstico.
Si, porque el manejo de las malformaciones congénitas involucra a la pareja, la familia y toda la sociedad que se agrupa alrededor del paciente, y hay que estar preparados para convivir con ellas, ya que son enfermedades que no tienen cura, ni tratamientos paliativos efectivos.
Por eso, estas mujeres (74 por ciento del personal) son personas muy especiales para la Doctora Beatriz Marcheco Teruel, su directora general, porque cada una desde su puesto de trabajo alienta la esperanza de un mejor futuro y llena de optimismo el corazón.
"Te cuento, que bajo un ciclón, lluvia o cualquier otra circunstancia, que incluye problemas personales en ocasiones, ellas están aquí, porque saben que el diagnóstico tiene unas pocas semanas para darse y no puedes decirle al paciente, mira llovió, yo no pude venir, o se fue la luz y no pudimos terminar el trabajo, eso aquí ni soñando pasa.
"Cuando hay que mover cielo y tierra lo hacemos y si tengo que llamar a cualquier funcionario lo hago, porque no podemos darnos el lujo de perder esas muestras.
"Cada día es un nuevo reto para esta especialidad médica que tiene identificadas actualmente más de siete mil enfermedades que afectan cualquier órgano del ser humano, como la visión, el corazón y el sistema urinario, entre otros", expresó Marcheco Teruel.
Precisa que una de las características de la especialidad es cómo interactúa con otras ramas de la medicina, como urología, neurología, endocrinología, pediatría, nutrición, entre otras, porque los padecimientos genéticos pueden afectar a varios órganos o específicamente a uno.
"En Cuba tenemos implementado un sistema de salud que comienza desde la comunidad, en los policlínicos, donde se identifican los casos y se remiten a la institución para su evaluación.
"El hecho de que seamos capaces de mantenernos unidos, interactuando y retroalimentándonos asegura que aunque una persona no pueda tener un recurso para viajar a La Habana, donde esta este equipamiento, su muestra o estudio llega al CNGM, ubicado en el municipio de Playa, y podemos proponer un diagnóstico por cada resultado obtenido.
"No contamos con toda la tecnología que debiéramos poseer, por razones económicas y del bloqueo. También hemos tenido posibilidades de comprar equipamientos en otros países y ha sido imposible al no contar con el capital financiero para adquirirlo, esa es la pura verdad.
"Lo que tenemos, y hasta donde hemos podido llegar, está al alcance de todos, por las condiciones creadas en todo el territorio nacional, con laboratorios, servicios y consultas especializadas, formando una gran familia".
Entre los retos perspectivos del CNGM está seguir elevando la formación profesional de los cerca de 200 trabajadores de la institución científica, perteneciente a la Universidad de Ciencias Medicas de La Habana, destaca la Doctora Beatriz Marcheco Teruel.
William Fernández Jiménez| Foto de Archivo
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17 Agosto 2015
17 Agosto 2015
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