Lo que me queda por vivir será en sonrisa, escribió Alberto Vera en una de sus emblemáticas canciones, la cual no pocos cubanos asocian a bastones y canas, debido a una telenovela de factura nacional transmitida en 2005, que tomó ese tema como presentación y era protagonizada por adultos mayores.
Igualmente, la siguiente historia es interpretada por hombres y mujeres que se disponen cada día a dejar de lado los achaques de la longevidad y demostrar que más allá de leyes biológicas, la persona realmente envejece cuando lo hace el alma.
Sonrisas al futuro, ubicada en el reparto Los Olmos, de la Ciudad Héroe, es una de las 13 Casas de Abuelos que existen en la provincia de Santiago de Cuba y que desde su fundación, el 22 de febrero de 2001, ha atendido a más de 150 pacientes, incluyendo los 25 actuales.
Magalis Cardoso González, su directora, explicó a la AIN que esa institución social tiene la misión de atender integralmente, de lunes a sábado, a personas de la tercera edad carentes de amparo familiar, o de miembros de su núcleo que puedan atenderlos durante el día, o que por algún motivo, no puedan permanecer solos.
Mucha gente, por ciertos prejuicios, piensa que asistir a un centro de este tipo es el fin del mundo porque lo consideran un abandono para el anciano, ya que se pasa el día fuera de su casa o de su familia, comenta Rodolfo Castillo Robert, de 71 años, una de los longevos allí asistidos.
Llegué en julio de 2013, dice, y siento que he ganado en calidad de vida, pues me han atendido con mucho amor y, además de la atención material, me mantengo activo, ya sea con los ejercicios que practico todos los días por la mañana, o con diversas actividades culturales.
Desde las 7:30 de la mañana hasta las seis de la tarde insertamos al paciente en tareas beneficiosas para su salud y socialmente útiles, como matutinos, fisioterapias, juegos de mesa, charlas educativas, visitas a museos, confección de manualidades, talleres literarios y de danzón, señaló Cardoso González.
Destacó la colaboración que en ese sentido brindan instituciones cercanas como la Casa de Cultura José Manuel Poveda, del reparto Nuevo Vista Alegre, y el policlínico Frank País García, las cuales dirigen un personal especializado al centro para prestar sus servicios.
Hemos tenido desde profesores de violín hasta dentistas que nos han remitido a colocarnos una prótesis dental en el policlínico, apuntó Castillo Robert, quien entre risas, y haciendo un alto en la conversación, elogió el buen sazón de la cocinera de la Casa, ante el exquisito olor que allí se sentía.
Al respecto, Magalis Cardoso refirió que a los ancianos se les brinda una dieta variada que comprende desayuno, merienda por la mañana y por la tarde, almuerzo y comida, estos dos últimos, con proteína garantizada y vegetales.
Belkis Martínez De León, de 77 años, pese a las limitaciones de una operación a corazón abierto, confiesa estar bastante recuperada desde su ingreso en junio de este año, ya que ha hecho nuevas amistades, le agradan todas las actividades y, sobre todo, porque se siente en familia.
Son estas algunas de las bondades de uno de los centros que en Cuba, nación más envejecida de América Latina con el 18, 3% de su población con 60 años o más, asiste a la tercera edad, una etapa que más allá de los tropiezos que acarrea por sus características, constituye un premio a la vida.
Rodolfo y Belkis son dos de esos premiados, eternos jóvenes, no por la tersura de una piel o el color definido de una cabellera, sino por tomar como premisa lo que una vez en forma de canción escribiera Alberto Vera: sonreír en los muchos años que de seguro, les tocará vivir.
Leydis Tassé Magaña Foto: Arelys María
1947
27 Diciembre 2014
27 Diciembre 2014
hace 10 años