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Isabel Cristina Curbelo Ferrán, artesana del Proyecto Comunitario Conservando Tradiciones. Foto: Arelys M. Hechevarría |
Con 43 años de edad, Isabel Cristina Curbelo Ferrán se jubiló debido a una enfermedad ósea. En aquellos momentos duros de su vida, solo el Proyecto Comunitario Conservando Tradiciones le ayudó -como se dice- a salir del paso y seguir adelante.
Isabel es médico veterinaria y cuenta que desde jovencita siempre le gustó usar lo que ella misma confeccionaba; hoy, su especialidad radica en el parche y sus carteras, aún cuando el dueño no conozca a la artesana, son populares en Santa Clara.
LA PUNTA DE LA MADEJA
De España y de África, fundamentalmente, les llegó a las cubanas la costumbre de tejer. Para rescatar esta práctica ancestral surgió la iniciativa allá por 1994, primero vinculada a la Federación de Mujeres Cubanas, y en el 2005 asociada a la Sala de Arte de la Biblioteca Provincial Martí.
Los talleres se imparten de lunes a sábado por 22 profesores, entre ellos un hombre, y los hay jóvenes. En igual rango oscilan las edades de los alumnos porque en esta tarea el tiempo poco importa, lo que prima son los deseos de adquirir conocimientos.
Dice Berta Santos, la líder de "Conservando Tradiciones", que su objetivo principal consiste en desarrollar la artesanía textil artística en la comunidad.
Aunque –continúa- también contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida material, espiritual y económica de sus miembros, y estimulan el reciclaje y el aprovechamiento de recursos ociosos.
Si a usted le interesa alguno de los módulos, sepa que allí, enseñan especialidades de parche, muñequería, macramé, tejido a crochet, encaje de Tenerife, frivolité, miñardí, el ABC de la costura, vestuario yoruba, tejido con cintas, con agujas, puntadas de realce, y deshilado.
Además, las clases de ejecución, que se imparten también en el municipio de Sagua la Grande, se completan con elementos de la historia de estas labores y de diseño estético.
ARTESANÍA CON ALMA
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Berta domina el arte del parche, macramé, tejido a crochet, encaje de Tenerife, frivolité, miñardí, el ABC de la costura, tejido con cintas, con agujas, puntadas de realce, y deshilado. Foto: Arelys M. Hechevarría |
Antes de retirarse del mundo laboral, Berta era profesora de Filosofía Marxista en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara; ahora, a sus 77 años, dedica la mayor parte de sus horas a la artesanía y a instruir a otros en este oficio.
Berta, que quede claro, tejía desde muy niña, incluso, antes de aprender a leer.
Pero no es la manualidad por la manualidad, se trata de preparar a la gente culturalmente, por ejemplo, cuando hacemos los vestidos yorubas, es un poco para brindar a las personas nociones básicas en la comprensión de una práctica religiosa que deviene, sin dudas, parte de nuestra idiosincrasia, explica ella misma.
Este proyecto me regala compañía, amistades, me permite cumplir sueños: Ya es una necesidad para mí, añade.
En diciembre de 2010 obtuvo el Premio por la Obra de la Vida, otorgado por el Fondo Cubano de Bienes Culturales, debido a su reconocida labor artesanal, gran parte de ella dentro de "Conservando Tradiciones".
A Berta Santos los reconocimientos la halagan, sin embargo, confiesa que la gloria la alcanza cuando constata que sus alumnos aprenden, que los pasos de avance son bastante firmes.
Mientras, a Isabel Cristina Curbelo Ferrán, le ocurre exactamente lo mismo, coincide con Berta en que cada vez que atrapa a un niño con el tejido, se realiza personalmente y con una risa sincera concluye el asunto:
"La artesanía para mí es una enfermedad contagiosa, un vicio, ¿no te sucede lo mismo, Berta?".
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Berta Santos, posee desde el año 2010 el Premio por la Obra de la Vida que otorga el Fondo Cubano de Bienes Culturales. Foto: Arelys M. Hechevarría |
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La especialidad de muñequería es una de las pasiones de Berta Foto: Arelys M. Hechevarría. |