Si bien desde 1965, la práctica del aborto voluntario en Cuba resulta legal, es tiempo de que este proceder deje de ser un mecanismo regulador de la natalidad sobre todo en Isla de la Juventud, donde su cifra sobrepasa el número de nacimientos.
La doctora María del Carmen Hernández, jefa del Programa Materno Infantil en el Municipio Especial, llama la atención sobre la relación de este fenómeno con el del embarazo en la adolescencia, a pesar de existir en la red de farmacias anticonceptivos de emergencia.
Desde el condón, anticonceptivos orales e inyectables hasta el implante, tecnología de avanzada que se aplica a las personas conscientes de que en los próximos cinco años no desean tener hijos están a disposición de la población, por tanto están creadas las condiciones para evitar embarazos no deseados.
Además, se establecieron como en el resto del territorio nacional consultas de regulación menstrual en las policlínicas de Nueva Gerona y La Fe, asentamientos con mayor número de habitantes y se estimula el uso del aborto medicamentoso, menos agresivos, ante el riesgo quirúrgico, refiere.
Ante el evidente desconocimiento acerca de las complicaciones que tiene el aborto en una parte importante de la comunidad, se incrementó el asesoramiento y consultas de psicología para que las mujeres conozcan sus derechos y las posibles consecuencias de una interrupción, afirma.
Ese acto constituye la primera causa de infertilidad en la mujer y las consecuencias aparecen después de los 35 años, cuando al deseo solo responde la imposibilidad, por tanto las féminas cubanas tienen el deber de ser responsables con su salud reproductiva, insistió la galena.
Ana Esther Zulueta
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29 Septiembre 2015
29 Septiembre 2015
hace 9 años