Disciplina, garante de la sonrisa del bebé

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Luz María Martínez Zelada
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21 Abril 2016

 bebe.jpgLa sonrisa de un bebé resulta una de las representaciones más tiernas reflejadas por pintores y poetas, mientras en casa constituye la alegría de la familia, pero esa imagen feliz requiere de una responsabilidad permanente desde el momento mismo de la concepción.
   Si bien las parejas en Cuba tienen garantizados los cuidados del sistema sanitario para lograr la vida y la salud del nuevo ser, mucho depende de los futuros progenitores que el nacimiento llegue a adecuado término.
   De acuerdo con criterios de especialistas de salud, se observan diferentes niveles de indisciplina social, reflejada en la actitud de una minoría de embarazadas y su entorno doméstico ante riesgos que conspiran contra la existencia del pequeño en formación.
   Además de la educación sexual desde la escuela hasta los centros de salud, la familia tiene que desempeñar su rol con los adolescentes, tanto hombres como mujeres, porque no es solo un deber de féminas evitar la gestación en edades tempranas, inmaduras física y emocionalmente para la preñez.
   Una situación que se presenta con alguna frecuencia constituye la negativa de la gestante,  junto a la pareja y demás parientes cercanos, al ingreso tanto en hogares maternos como en instalaciones hospitalarias, ante factores de riesgo.
   La negativa al internamiento, en algún momento del período gestacional,  afecta el control preventivo y en muchos casos, esta situación concluye con prematuridad en el parto o daños por alta presión arterial, que pueden dar al traste con la vida del bebé.
   Ciertamente, en todos los centros sanitarios no  existen las mismas situaciones  materiales, pero en la mayoría están garantizadas las condiciones higiénicas y alimentarias,  además de los permanentes cuidados del personal profesional.
   También ocurre, que la futura madre no cumple con el programa de consultas establecido por el médico de la comunidad  y  aunque el embarazo es un proceso fisiológico,  requiere de cuidados, porque todos no transitan de la misma manera.
   Al personal de salud corresponde entonces una buena parte de la responsabilidad en la atención y cuidado de la madre y el niño, pero atañe a la pareja y su entorno hogareño  mantener  permanente preocupación en este período para lograr la feliz sonrisa de un bebé saludable.