Las Tunas, 29 may (ACN) Luego de seis desafíos de suma paridad, en los cuales las tensiones acompañaron cada lance, los Leñadores de Las Tunas superaron a las Avispas de Santiago de Cuba y concretaron su pase a la final de la III Liga Élite del Béisbol Cubano.
Ante el amparo del estadio Julio Antonio Mella y la afición local, los tuneros conservaron el invicto en casa al vencer en las tres presentaciones, mientras recuperaba la hermeticidad de un bullpen que sufrió más de lo esperado y que desperdició varias ventajas a lo largo del match de postemporada.
Veleidoso por naturaleza quiso el béisbol disponer de un sexto juego muy diferente al guion establecido hasta el momento, pues fueron los santiagueros quienes tomaron la delantera en la pizarra y, por ende, le correspondió al equipo verdirrojo apelar a la épica para remontar el choque, gracias al empuje de sus principales líderes dentro de la alineación.
Ambas selecciones se emplearon a fondo, cada una con armas muy propias, para entablar un pleito de tres definiciones en extrainnings, cinco choques con diferencia de una o dos carreras, así como un total de 51 anotaciones para los de la tierra caliente por 57 de la tropa del Balcón de Oriente.
La ofensiva hizo añicos cualquier estándar de dominio por parte de los lanzadores, pues las dos novenas conectaron 167 hits, de ellos 49 extrabases y 15 jonrones, en apenas 47 entradas.
Eddy Cajigal nunca titubeó en sus decisiones para mover a cada una de sus piezas, en esa dinámica encontró certezas como Edilse Silva quien inició en el puesto de bateador emergente y concluyó el último duelo como cuarto madero; sin embargo, también convivió con equivocaciones, sobre todo en cuanto a la estadía de sus “tiradores” en el montículo.
Los discípulos de Abeysi Pantoja, quienes ahora disfrutan de la gloria de una batalla vencida, precisan mejorar los distintos parámetros en el diamante, ya con la mirada puesta en el próximo objetivo: Tigres de Ciego de Ávila en la porfía por la corona.
Si bien las emociones brindaron aún más color al espectáculo y la algarabía de los parciales reafirme al deporte de las bolas y los strikes como un sello de la identidad colectiva, el nivel expuesto sobre la grama gira en sentido contrario a las exigencias de un certamen de la “aristocracia” en un país con tanta tradición.
La combinación de errores tácticos, junto a las lagunas mentales en determinadas situaciones forman parte del quehacer diario de entrenadores y jugadores que empañan un poco lo conseguido en el aspecto pasional, además de exponer a la vista pública la necesidad de tomar cartas en el asunto para elevar el techo de la pelota doméstica.
Todo sea dicho, el estado de los terrenos, el horario de los enfrentamientos y los disímiles inconvenientes logísticos tampoco facilitan el panorama, pero ocupa a los entendidos en la materia adaptarse a la concepción moderna de la disciplina, lo cual implica adecuar métodos de entrenamientos e incluso asumir nuevas tendencias a la hora de conformar el orden al bate, el uso de la sabermetría y la especialización de los relevistas.