La Habana, 25 dic (ACN) Guillermo Varona es hoy uno de los mejores deportistas del año en Cuba por su extraordinaria capacidad para superar límites físicos y emocionales, dejando una huella imborrable en el deporte paralímpico internacional.
Su victoria en los Juegos Paralímpicos de París, al alcanzar el récord de América en el lanzamiento de jabalina con una marca impresionante de 66,14 metros, es solo la punta del iceberg de su trayectoria.
En el Stade de France, el dardo voló cortando el aire con la precisión de un sueño largamente acariciado y el camagueyano, con su mirada fija y su cuerpo firme como un roble, trazó el camino hacia la gloria, conquistando el ansiado metal dorado.
El camino al éxito no estuvo exento de sacrificios, el joven tuvo que afrontar duras realidades, pero desde pequeño aprendió que la disciplina, la perseverancia y el respeto por los demás eran los pilares para llegar lejos.
La capacidad de mantenerse conectado con sus raíces y con la gente que lo apoyó desde el principio fue una de las razones que lo ayudaron a escalar el Olimpo e inspirar a las nuevas generaciones.
Con su victoria en la cita parisina, Varona se consolidó como una figura destacada en el atletismo mundial. No solo ganó una medalla, sino que también se convirtió en un símbolo de lucha y esperanza para Cuba, un país que ve en sus atletas la representación de su lucha y su espíritu indomable.
Además de su lauro en la Ciudad de la Luz, el también titular de los Juegos Paraparamericanos de Chile 2023, había demostrado consistencia al ganar el Campeonato Mundial de Kobe 2024, triunfos que prueban el esfuerzo titánico y la disciplina que ha cultivado a lo largo de los años, siempre con una mentalidad de campeón.
Su rendimiento no solo es sobresaliente por la calidad técnica, sino por la valentía con la que enfrenta las adversidades derivadas de su afectación del miembro superior, que podría haber sido un obstáculo, pero que en cambio se transformó en un motor de su determinación.
Lo que lo convierte en uno de los mejores deportistas del año no solo es su éxito en el campo de competencia, sino su influencia como ejemplo de resiliencia, dedicación y amor por el deporte. }Guillermo Varona demostró que los límites están en la mente, no en el cuerpo. Su humildad, su entrega, y el hecho de dedicar la victoria a su abuelo ausente, lo convirtieron en un referente de valores en el ámbito deportivo cubano y mundial y en un campeón de espíritu.