La Habana, 8 mar (ACN) “Fidel se la hizo buena”, fue la frase que le escuchamos a un habanero cuando concluyó aquel juego de pelota memorable en el que el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, disfrazó de “viejitos” a un grupo de los peloteros más estelares de la Isla y los puso a jugar contra un equipo de veteranos venezolanos, encabezados por el presidente Hugo Chávez.
Esa fue una de las travesuras más grandes que le hiciera el Comandante en Jefe a su amigo el presidente Chávez.
Las fotos de esa noche en el Estadio Latinoamericano devuelven a un par de hermanos, bate en mano, discutiendo en el terreno de pelota si fue bola o strike la que le “cantaron” a Fidel.
El mandatario bolivariano, años más tarde le llamaría “el poncha’o”, porque según él, en broma, Fidel no vio que la pelota venía por el centro del home.
Comandantes les regala hoy, a propósito del ambiente beisbolero del país, por la participación del equipo Cuba en el Clásico Mundial de la disciplina, una de las crónicas más jocosas de esa relación entrañable entre los dos líderes.
Pelota emboscada
Por Hugo Chávez Frías
Esa noche veníamos juntos en el carro, Fidel y yo, ya vestidos con el uniforme de béisbol. Nos paramos en la puerta, íbamos a entrar al estadio cuando Fidel me dijo: “Hasta aquí llega mi caballerosidad, de aquí en adelante defiéndete como puedas”.
Él me había dicho: “Mira, Chávez, te recomiendo que hagan carreras en los primeros innings”. Eso yo lo analizaba y le daba la vuelta: ¿Qué me querrá decir éste con eso? ¡Claro! Tenía la emboscada preparada en el cuarto inning. Pero Fidel se vio obligado a adelantarla.
Estábamos dándoles batazos por todos lados y adelantó la emboscada para el segundo inning. ¿Te acuerdas de Germán Mesa? Una barba así… Y una barrigota. Y lo de Kindelán en primera.
¡Y cómo estaba de bravo Remigio Hermoso! Remigio tomó en serio todo eso y se peleó conmigo como seis meses.
Las relaciones se arreglaron cuando vino con un montón de pelotas en una caja y le dice a Fidel: “Fírmeme todo eso”. Como cuatro cajas le trajo. ¡Estaba muy bravo! “Hasta hoy lo respeté a usted”, le dijo a Fidel.
Ustedes no me van a creer, pero yo le metí un hit a José Ariel Contreras. Salió a pitchear uno con una barriga grandota y una chiva postiza, y era nada más y nada menos que este Contreras con una almohada por barriga.
Yo lo veo que sale y digo: “Este gordo barrigón, ¿quién será?”. Me pongo a batear ahí y cuando lanzó la primera recta, ¡fuaz! No la vi.
Fidel Castro pide tiempo –esto es verídico– y viene a hablar con el pitcher. Yo lo veo, me acerco a ver qué es lo que van a hablar, ¿no? Y oigo que le dice Fidel: “Mira, ¿no le puedes tirar más suave a Chávez?, no le puedes dar un pelotazo a Chávez”. Y dice Contreras: “Eso es lo más lento que yo puedo lanzar una pelota de béisbol, Comandante”. Y eran como 90 millas.
Jorge Legañoa Alonso | Foto internet
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08 Marzo 2017
08 Marzo 2017
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