Como resultado de la recién finalizada zafra, la industria entregó para la canasta básica todo el azúcar comprometido, produjo otros derivados y contribuyó al balance de energía en el país; no obstante, debido el atraso en la arrancada de la contienda y otros factores infraestructurales y económicos, se molió solo el 83 por ciento de la caña.